Dos días después que el chofer de colectivo César Roldán fuera asesinado mientras prestaba servicio a bordo de un interno de la línea 116 de la línea Movi, en la zona noroeste de Rosario, la fiscal regional María Eugenia Iribarren y el fiscal del caso, Ademar Bianchini, dieron detalles sobre lo que se sabe hasta el momento acerca del crimen, por lo que hasta el momento no hay detenidos.

Mientras se tejen decenas de hipótesis en redes sociales, se replican mensajes sin respaldo, sin chequeo y se multiplican las hipótesis y los razonamientos sobre lo ocurrido en la tarde del sábado 2 de diciembre en avenida Eva Perón al 5300 (ex Córdoba), donde fue asesinado un chofer de colectivos, sus familiares, amigos, compañeros de trabajo y colegas de otras líneas y empresas le daban el último adiós en una sala velatoria ubicada en calle Córdoba al 2900, en el marco de una jornada que se espera marque un antes y un después.

Una larga caravana de colectivos de algo más de cuatro cuadras de longitud y centenares de conductores, muchos de ellos vestidos con camisa azul (parte del uniforme), aplaudiendo y pidiendo justicia se hizo presente poco después del mediodía de este lunes 4, para iniciar el cortejo fúnebre que poco después partió desde la sala hasta el cementerio ubicado en la ciudad de Granadero Baigorria, donde finalmente fueron sepultados los restos de César Luis Roldán.

En tanto, en las instalaciones del Ministerio Público de la Acusación, la fiscal regional María Eugenia Iribarren y el fiscal del caso, Ademar Bianchini, dieron detalles sobre el crimen.

Ocho tiros desde muy cerca
El fiscal comenzó relatando, en base a los primeros avances de la investigación, que el micro conducido por César Roldán venía por avenida Eva Perón de este oeste y “a unos 30 metros antes de llegar a la esquina (de calle Cullen), una persona de unos 22, 23 años, le efectúa un primer disparo al frente del colectivo”. Mientras que otra persona estaba a pocos metros.

“En esas circunstancias, Roldán –presuntamente pues no lo podemos comprobar (por ahora)– ya con alguna herida, se levanta como para guarecerse, yendo hacia la parte de atrás del micro, esto se sabe tanto por lo que han declarado algunos testigos como por el movimiento que continúa haciendo el micro, que se denomina cabeceo, que es por el uso de la caja automática de un vehículo diésel, que continúa yéndose hacia delante cabeceando y avanza unos 20 o 30 metros más, durante los cuales el tirador efectúa otros 7 disparos”.

Tras aclarar que los disparos fueron “siempre desde afuera y desde el frente del colectivo”, Bianchini confirmó que antes de huir, los homicidas dejaron una nota debajo de la puerta del colectivo y huyeron.

Y tras remarcar que no iba a revelar el contenido del texto de la nota, que estaba escrito a mano, sí dijo lo que no contenía: “La nota no está dirigida ni al chofer, ni a los choferes, ni a la empresa Movi, ni a la UTA (Unión Tranviarios Automotor)” y que esas palabras fueron para que “tanto los trabajadores como el gremio tuvieran tranquilidad ya que no era un conflicto que estuviera dirigido hacia ellos”.

En otro momento de la rueda de prensa, ante la consulta sobre si el móvil del ataque pudo haber sido para generar conmoción pública, opinó que lo desconocía, pero “lo que podemos afirmar que claramente la generó”.

Sobre la investigación, el primer dato aportado fue que el aparente autor del crimen tendría entre 22 y 23 años, que3 estaba acompañado por otra persona, que se desplazaban en moto, que los disparos partieron de un mismo arma, y que hay varias acciones que se están llevando adelante en forma sigilosa. También se están relevando las cámaras de seguridad, en su mayoría privadas, existentes en el sector donde se produjo la balacera y también en los alrededores.

Y finalizó aclarando que “hay información que es de utilidad, sobre la cual se debe trabajar; su resultado puede provocar nuevas medidas, en consecuencia revelar ese primer resultado condiciona o perjudica la calidad de la obtención de la segunda o tercera medida que van encadenándose”.

“Debemos reflexionar sobre metodologías de delincuencia y de trabajo desde la Fiscalía”
Por su parte, la fiscal regional María Eugenia Iribarren sostuvo que el crimen ocurrido el sábado, “sin lugar a dudas las características y las circunstancias que lo rodearon movilizan en cuanto a que debemos reflexionar sobre metodologías de delincuencia y de trabajo que tenemos que afrontar desde la Fiscalía”.

“Por eso la relevancia del hecho para nosotros no es un hecho más, sino que es un hecho que nos hace replantear formas de trabajo y vamos a poner a disposición del fiscal que está interviniendo en la causa desde el primer momento, todos los recursos que tenemos a disposición para poder esclarecer este hecho y llegar a todos los responsables que puedan haber tenido participación”, agregó.

Según opinó Iribarren, se deben cambiar “muchas circunstancias que rodean a lo que es la seguridad, que no es solamente la forma de investigación en la cual nosotros trabajamos, sino que hay muchísimas cuestiones que hay que replantearse”, y tras esto hizo una breve enumeración en la cual mencionó que se debe atender con mayor énfasis qué ocurre en las cárceles, cómo afrontar una vez que se detienen personas, su encierro, su condena y el posterior control que se debe hacer desde el Estado. Y también apuntó a la necesidad de “prevenir cierto tipo de delincuencia”.

“La criminalidad de Rosario no es algo que nosotros podamos tomar fórmulas que se hacen en otro lado, nosotros tenemos que estar reinventando con los recursos que tenemos permanentemente las formas de investigar y de trabajar y de profundizar”, remarcó Iribarren.

Y terminó diciendo que los recursos humanos y económicos con los que cuentan no alcanzan. “Nunca es suficiente si la respuesta que se espera es sin una policía profesionalizada, sin una policía que colabore y contribuya en la misma dimensión que pretendemos”, concluyó.