El gobernador Maximiliano Pullaro juega fuertes en dos de los capítulos de la llamada ley ómnibus con el objetivo de permitir el crecimiento de la economía santafesina mientras que, internamente, se abrió un conflicto con los gremios estatales por salarios con resultado incierto aunque con la decisión de no gastar más de lo que ingrese.
Del megaproyecto de Javier Milei en el Congreso, el gobernador de Santa Fe se detuvo en dos capítulos: biocombustibles y retenciones. Sobre el primero en alianza con Córdoba, Entre Ríos, Tucumán, Salta y Jujuy, Santa Fe se paró con una contrapropuesta a lo planteado en la ley ómnibus por Nación donde buscan acompañar la desregulación, equilibrando la participación en el mercado de pymes y grandes productores. La propuesta de Casa Rosada tiene el respaldo del lobby petrolero y este lunes el ministro Gustavo Puccini seguirá las negociaciones en Buenos Aires en una pulseada que amenaza con llegar a resolverse en el recinto de Diputados. En tanto, en el tema retenciones, el gobernador tejió un acuerdo con gran parte de los bloques que están dispuestos a acompañar la sanción de la norma para rechazar la suba de derechos de exportación a oleaginosas y a la industria. "No habrá aumento de retenciones para las principales actividades productivas" afirmó al término del raid por los bloques del Congreso. La decisión del Poder Ejecutivo de última hora del viernes de retirar el capítulo fiscal del proyecto parece darle la razón a Pullaro: el gobierno no tenía los votos para la suba de retenciones. El ministro del Interior, Guillermo Francos le anticipó a Pullaro y otros gobernadores la decisión de quitar esos temas y el santafesino reiteró su disposición a ayudar a buscar herramientas. Por ahora, cautela a la espera de la próxima jugada de Casa Rosada. El tema fiscal no queda definido por el retiro de proyectos.
En el frente interno, la decisión del gobierno de liquidar los salarios de enero con los valores de diciembre demuestra a las claras la decisión oficial de no convalidar la última parte de las actas paritarias del final de la gestión de Omar Perotti. "Nos dejaron una bomba para que explotara en diciembre o enero" se dice al lado de Pullaro. A la cláusula gatillo en los salarios se agregan los 13 mil nuevos cargos en la planta estatal en los cuatro años del último gobierno. "La plata para salarios hasta enero, inclusive, quedó garantizada" repiten al lado de Perotti. Eso sí, admiten que los coletazos del plan platita de Sergio Massa y las primeras medidas de Milei agravaron el cuadro y aceleraron el déficit santafesino. En cuanto a la planta de empleados quedaron convalidadas por las sucesivas leyes presupuestarias. El gobierno sigue revisando las designaciones de los últimos seis meses dispuesto a dar de baja la mayor cantidad posible de esos pases a plantas.
A los gremios estatales les dirán este lunes en la mesa paritaria lo ya señalado a los docentes: los salarios se van a recomponer en base a los ingresos que por ahora, vienen en retroceso frente a la inflación. Las proyecciones de algunos economistas es que la recuperación llegará a partir del segundo semestre. Si es así, en el gobierno prometen que eso llegará a salarios. En el mientras tanto, los gremios parecen decididos a exigir el cumplimiento del acuerdo firmado por la anterior gestión. El choque es inevitable, aunque también las partes son conscientes de la necesidad de encontrar una parte de salida. "Hay que cumplir compromisos en materia de seguridad, de salud, de educación con los ingresos que tenemos para honrar el compromiso electoral" se afirma en Casa de Gobierno. El 2023 cerró con inflación del 215%, aumento de los recursos públicos de 123%, incremento de la masa salarial de 156 % más allá que la suba salarial fue del 131,25%. Es el cuadro que expone el gobierno y que nadie rebatió hasta el momento.
En esos números es evidente la pérdida del poder adquisitivo de los salarios y el riesgo de desfinanciamiento de la provincia. Otra vez, la política ahora deberá encontrar la puerta de salida o bien el puente para transitar hasta un cambio de situación. No ayuda a la situación provincial, la incertidumbre que genera el gobierno nacional y que promete nuevos capítulos en este verano más caliente en lo político que en lo climático.