En el marco de los reclamos que se realizan a nivel nacional en contra de las medidas de ajuste impulsadas por el gobierno de Javier Milei, este lunes 5 de febrero distintas organizaciones sociales nucleadas en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) se manifestaron en Paraná. El lugar de concentración fue en Centro de Referencia del Ministerio de Capital Humano ubicado en calle Carbó 750 de la capital provincial.
El objetivo de la convocatoria tuvo tres finalidades: sostener la negativa tanto en los cortes de alimentos para comedores y merendero y en las bajas en el Salario Social Complementario (uno de los programas que forma parte del Potenciar Trabajo) como así también demandar el aumento en los montos de estos programas sociales. Vale remarcar que febrero es el tercer mes en el que se realizan recortes masivos en los beneficiarios de los programas.
El reclamo en torno al monto salarial que se percibe por el Potenciar Trabajo tiene que ver con lo manifestado desde el gobierno nacional: en diciembre se prorrogó por decreto el presupuesto 2023, quedando congelados los programas sociales, a excepción de AUH y, en último término, Tarjeta Alimentar y Progresar. Esto supone una pérdida en el poder adquisitivo de los trabajadores de la economía popular que, si ya era bajo, con la escalada inflacionaria que se espera para los próximos meses caerá aún más.
En este contexto de grave crisis social y económica, los espacios de merendero y comedores se transformaron en bastiones barriales para paliar el hambre. Sumado a esto, organizaciones sociales, que son quienes en su mayoría sostienen las ollas populares y viandas de leche, denunciaron que en algunos casos restringieron las partidas alimentarias y, en otros, directamente las cortaron.
Estas medidas complican aún más las actividades de las y los referentes barriales, quienes día a día reciben a una mayor cantidad de personas en situaciones precarias de alimentación. A pesar del aumento en la demanda de alimento, las partidas obtenidas por comedores y merenderos no se adaptan y corren riesgo de no alcanzar al total de las personas o incluso de cerrar sus puertas.