Sofía Camará, reconocida artista del mundo “Drag Queen” en el plano nacional e internacional, es la reina de la comparsa Bella Samba de Concordia. La dirigencia de la agrupación que se presenta en el evento más convocante del verano decidió que ella sea quien los representa, y aceptó con gusto.

La artista –alter ego de Pablo Carayani– ya tiene experiencia. Además de salir en el carnaval hace 25 años, fue reina de batería en el año 2015, lo que significó una revolución no solo por su inclusión sino también porque se quedó con el premio y además en 2018 fue musa de la comparsa que ahora representa como máxima figura.

La propuesta la encontró trabajando en el exterior, y cuando la llamaron dudó en aceptar. “El presidente de Bella Samba, Leonardo Contavalle, me llamó por teléfono. Yo estaba en Chile y me dijo que necesitaba hablar conmigo así que coordinamos una entrevista. Charlamos y me dijo que quería hablarme de esta edición, le dije que tenía una agenda complicada porque debía parar mis actividades durante dos meses y él me respondió que me estaba ofreciendo ser la reina, así que lo consideré y acepté”, contó en diálogo con Mirador Entre Ríos.

Sofía no es una artista que pase desapercibida. Participó de varios realities, entre ellos Drag Race, en donde se hizo conocida a nivel internacional. “Hice ocho realities, el primero en canal 7 con Pepito Cibrián, que pude ganarlo, y ahí comenzó un poco la historia. No tengo problemas con la exposición porque siempre trato de mostrar arte. Siempre es un placer poder estar transmitiendo una imagen, o un mensaje, así que siempre que sea para poder expresar arte digo que sí, pienso que es una buena oportunidad”, aseguró.

COMPROMISO

Aunque no es la primera vez que Sofía ocupa un lugar de relevancia en la comparsa, siente que siempre puede tomar lo que vive para modificar sus acciones y encontrar la felicidad de mostrarse ante el público. “En el año 2018 tuve la experiencia de ser musa. En ese momento decidí hacer una propuesta más teatral que carnavalera y no tuve los resultados que esperaba. El público del carnaval es distinto al del teatro, yo tomé la decisión de cubrir todo mi cuerpo y hacer una performance en ese momento y eso no cayó bien ya que la gente espera ver cuerpos, baile y otro tipo de arte. Ahora tuve en cuenta eso y ofrezco otra propuesta, asumí el rol con total compromiso y lo estoy disfrutando mucho”, comentó.

La artista sabe que su confianza y la demostración de que en el arte no importan los géneros abrió puertas para que otros se animen, pero no cree que sea por ella solamente. “Cumplo 25 años y jamás imaginé, desde mi niñez cuando participé en el carnaval infantil, tener la chance de estar en este tipo de lugares tan privilegiados. Se han abierto otras puertas de inclusión desde que participo como Sofía, pero hay otras personas que también trabajan para eso. En el año 2011 venía de hacer teatro con Pepito Cibrián y visité el carnaval porque en esa edición no salía y vi un pasista, Alejandro Montenegro, que iba bailando sobre calzado de tacón. Hacía su trabajo de una manera estética, muy expresiva, y la gente no se fijaba en su género. Almacené eso, luego visité el galpón de Bella Samba y comencé a encontrar el vehículo para poder expresarme en nuestro carnaval, que es un lugar que amo, y hacer mi aporte desde un lugar más visible. Creo que es un premio para tantos que lucharon por esto como Ángel Gabriel o la comparsa Candilejas, que daba espacio a las diversidades”, mencionó.

Sin ocultar su emoción, asegura que “el carnaval de Concordia es todo. Es una emoción muy fuerte porque fue en el primer sitio en el que me encontré como persona y como artista hace 25 años de la mano de Teresita García de Costa con la comparsa Orange Menores. En ese momento tenía muchos sueños, desafíos e ilusión y no me imaginaba que podría hacer los profesorados de danza que hice, la carrera que tuve la oportunidad de hacer. Siempre valoro la oportunidad que me dio y me da mi ciudad porque ser profeta en la tierra de una no es fácil, pero cuando sabemos cuál es nuestro destino y misión las cosas llegan por añadidura. El carnaval de Concordia es mi lugar en el mundo, puedo estar en los mejores escenarios, pero estar en mi ciudad y recibir el aplauso de mis vecinos, ver a mis amigos, a los comerciantes, trabajadores que conozco lo son todo. Parto desde acá y todo lo que viva de ahí en más tiene otro sentido”, explicó.

SUPERACIÓN

Más allá de su pasión y las ganas de tener buenas presentaciones y divertirse, Sofía es una de las cuatro reinas en competencia. Si ganara, daría puntaje en ese rubro a su comparsa y colaboraría en la sumatoria para luchar por el título. A pesar de eso, trata de no centrarse solo en ese aspecto. “No creo que estemos pendientes de la competencia solamente, pero este año me lo tomé de una forma distinta. Quiero llenar todos esos espacios de confianza que la comparsa deposita en mí. Lo que el jurado observa no es solo el baile y lo que hacemos en el corsódromo, sino que también tenemos una reunión, nos conocemos, ellos ven lo que representamos y conocen nuestra historia, ven nuestra producción estética y demás”, comentó.

EXIGENCIA

“Cada noche tiene una energía distinta, salimos de manera diferente, y a medida que pasan los días de competencia van exigiendo cada vez más. Si bien yo voy observando lo que ocurre alrededor, no me inquieta, porque después nos sorprendemos con lo que deciden al evaluarnos. Los jurados tienen opiniones, son subjetivos y no podemos manejar eso así que creo que la competencia es con una misma y hay que trabajar para crecer y para darle el mejor espectáculo a la gente que paga la entrada y quiere divertirse”, aseguró Sofía.