La última realización del rosarino Sabatino “Cacho” Palma sigue dando que hablar con un inacabado itinerario. Luego de una extensa temporada en Rosario por la emblemática Sala Arteón, tuvo su debut en Buenos Aires y en Montevideo (Uruguay). Ahora es el turno del viejo continente, con una agenda que abarca varias ciudades españolas, entre ellas Barcelona y Madrid.
El día viernes 23 de febrero, la capital española dio función también a la obra “El Camino de la fuente”, otra creación del dramaturgo interpretada por Pablo Razuk.
Luego de la gira internacional, 22 de agosto tendrá una única función en Buenos Aires, en la previa al día de “La Memoria, la verdad y la justicia”, y una segunda temporada en Rosario durante el mes de abril en Teatro El Rayo. Mirador Provincial dialogó con el creador.
Sabatino Palma en primera persona
-Pasó una temporada más extensa de lo esperado en Rosario, luego vino Buenos Aires, Montevideo ¿Qué balance hacés hasta el momento de “22 de agosto. Si después de tantas palabras”?
-El balance siempre es necesario para un artista, porque es el verdadero retorno de su trabajo y de su eficacia poética. Hasta ahora ha resultado maravilloso y muy conmovedor, poder saber que ciertas imágenes y que una letra rigurosa han despertado la sensibilidad y han generado nuevos interrogantes, que también han despertado la atención sobre hechos silenciados u olvidados.
Me resulta sumamente reconfortante y reencienden la pasión por seguir reencontrando las huellas de una obra que no para de crecer y que ya se va acercando a sus primeras cuarenta funciones. Con dos temporadas plenas en Rosario y en Buenos Aires, una gira por el interior del país, Chaco, Corrientes y Entre Ríos, un fin de semana espectacular en Montevideo y luego la despedida del año y de la “democracia” en un colmado auditorio de Humanidades y artes de la UNR el 6 de diciembre, con acto de cierre y debate.
-¿Cómo fue la recepción de la obra en Uruguay?
-Rosario con Montevideo tiene una riquísima historia de hermandad, sobre todo en lo teatral y en lo musical, entonces, primero que nada quiero destacar el hermoso recibimiento y la generosa hospitalidad, que pudo repetir lo ya logrado con la presencia de El camino de la fuente, el año anterior. Estar con los hermanos uruguayos y compartir estos ritos esenciales, de poesía y dignidad, es algo maravilloso y enriquecedor. Además la historia rioplatense nos constituye en una identidad fuertemente latinoamericana, de luchas, de dolores, de conquistas y de traiciones. Por lo tanto, nuestra obra pudo llegar a lo más íntimo de cada espectador, así lo hicieron saber, bellos comentarios, un aplauso rotundo y además en la segunda noche y a sala llena, un cálido y comprometido debate
El espectador extranjero
-Es una puesta en escena que narra, por momentos, hechos que dejaron sus huellas traumáticas en la sociedad argentina. ¿Por qué pensás que es atractivo para un espectador extranjero?
-Primero porque es necesario hoy más que nunca, contar nuestras historias y mantener en alto el fuego sagrado de la memoria, y también porque nuestra historia en lo singular y en lo particular es parte de lo que hoy atraviesa el mundo. No somos una isla pérdida, somos un eslabón más de una máquina endemoniada que nos somete y nos destruye diariamente, guerras, migrantes despreciados, hambre, pobreza extrema son hoy parte del mundo y no solamente en Latinoamérica. Pero además, el teatro sostenido en una actuación creíble, comprometida y orgánica y en una poética del cuerpo y del espacio, apuesta a lo sensible, a lo más humano que hay en cada ser del planeta y lo invita a despertar su percepción creadora. Y en nuestro espectáculo además, los temas que recorremos son esenciales a los derechos humanos y a la justicia. Lo importante es el modo, el estilo, con el que planteamos en escena, cuestiones fundamentales como la censura, la represión, la locura, el amor y la muerte
-Muchas veces tus obras van mutando a medida que se genera el encuentro espontáneo de la puesta en escena con el público. ¿Qué prevalece y que cambió de aquel debut en la querida y ya antigua Sala Arteón?
-Claro, la esencia de mi teatro es esa, un trabajo en permanente proceso de creación, que va siempre mutando, como la vida misma, que mantiene su esencia y su fidelidad al relato narrativo, pero que se va enriqueciendo en cada función y mucho más en las giras, con los cambios de escenarios y de público. Es la mejor manera que conozco de mantener una obra viva y provocadora, una obra que interpele y que conmueva debe necesariamente mantenerse fresca y presente, no puede ser una pieza perdida en un museo. Además el teatro nos enseña, nos enseña a leer la realidad y de alguna manera nos enseña a vivir, entonces una obra como ésta, también nos enseña todos los días, como lograr hacerla mejor, como llegar a tocar cada una de esas cuerdas íntimas y sensibles, es decir, la obra misma nos hace aprehender como hacerla y como superarla, siempre lejos dela repetición mecánica y rutinaria.
Gira por España
-Se viene una temporada en principio, por cuatro ciudades de España. ¿En qué punto pensás que la obra dialoga con la cultura española?
-Primero y antes que nada, dialogamos con la misma lengua castellana, por supuesto con las variaciones necesarias y di- vertidas, de cada lugar (la nuestra, rigurosamente rioplatense). Con la cultura literaria y artística española tenemos muy fuertes lazos y en toda América. Desde hace más de 100 años, hemos cantado y recitado a sus notables poetas, hemos aprehendido a desafiar la censura fatal de Franco en su magnífico cine (Buñuel, Saura), hemos encontrado en sus ciudades un verdadero cobijo para nuestros exiliados de ayer y de hoy. Y en el teatro se ha creado un contundente puente de trabajo, que comenzó justamente, con los mejores artistas argentinos que en dictadura, pudieron seguir trabajando en España y además enriquecer notablemente su cine y su teatro. Y continúa hasta hoy, donde nuestro teatro y nuestros maestros y actores son sumamente reconocidos y de alguna manera, privilegiados, por la crítica y por el público. Y en cuanto a lo narrativo “22 de agosto” recorre algo muy fuerte de la guerra civil española, de la mano del insuperable César Vallejo, guerra que además definió de alguna manera el destino fatal de decenas de naciones, que quedarían avasalladas por las distintas dictaduras y tiranías de corte fascista durante 90 años (hasta hoy).
Nuestra obra que es un canto a la dignidad y a la condición humana, debería encontrar una bella y cálida recepción en el público español y por supuesto en tantos argentinos que habitan la península. Además que desde diciembre hasta el día de la partida (20 de febrero), con Lautaro Palma nos estamos preparando para lo que deseamos y esperamos, resulte un verdadero suceso.
-Contanos sobre el itinerario en Europa y las expectativas del encuentro con la mixtura de un público diferente.
-Gracias a tantos amigos y a tan notables colegas, hemos logrado armar una muy bonita gira, que nos llevará por cuatro puntos diversos y distantes, en geografía y en cultura, donde la expectativa ya es muy grande: nos están llegando muy lindos mensajes, ya hay entradas vendidas y se empieza a vislumbrar, una muy buena respuesta del público que acompaña a la teatralidad. Además tenemos la suerte de empezar en un festival en el Umbral de Primavera en Madrid, que ya tiene una riquísima historia y una extraordinaria repercusión, lo que de entrada nos va a posicionar súper bien. Pasar por Barcelona y Vigo (Moaña) donde me esperan queridísimos amigos, como Rafael, Ramiro, Maria Julia, para terminar en Granada, de la mano de Mirta, donde hice nacer ese inesperado y magnifico sueño: El camino de la fuente, es algo verdaderamente maravilloso e increíble. Además el teatro es diversidad, es amor por las diferencias, y qué más puede querer este incansable realizador rosarino, que poder encontrarse con ese mundo tan variado y tan polifónico, con el que nos une un notable legado cultural e histórico.