Un hecho delictivo despertó una fuerte indignación en la ciudad de Sastre, cabecera del departamento San Martín.

Cuidadores del cementerio local encontraron un total de 25 tumbas profanadas con el robo de placas, floreros y jardineras de bronce. El material sustraído, luego, suele ser vendido en el mercado aprovechando su alto valor. La denuncia fue hecha en la Comisaría local y sospechan que todo es comprado por Chacaritas de la región. Hace algunos meses atrás, la misma necrópolis había sido víctima de otro hecho vandálico: delincuentes habían robado una instalación eléctrica nueva con 12 reflectores y la totalidad de los cables. "Me da mucha impotencia esta situación. Es un lugar sagrado. No puede ser que ni siquiera dejen ese lugar en paz", relató con gran malestar en contacto con este medio María del Carmen Amero, intendente de la localidad del centro oeste santafesino.

Lo que encontraron empleados municipales encargados de realizar tareas de mantenimiento y limpieza en el cementerio local despertó una fuerte indignación en la ciudadanía sastrense. El sector noroeste de la necrópolis apareció días atrás vandalizado por completo. La situación no es nueva y la práctica delictiva se repite en otros puntos en busca de un material que hoy cotiza en el mercado para su posterior venta en el mercado negro. "Fueron 25 las tumbas profanadas, entre placas, jarrones y jardinera. Atacaron los panteones más viejos, que son los que tienen el verdadero bronce", detalló Amero.

A raíz de lo sucedido, la jefa del Ejecutivo realizó la denuncia policial en la Comisaría local. "Me encargué de hablar con quien está al frente de las fuerzas de seguridad en la ciudad y con chatarreros para saber si alguien les había ofrecido el bronce. También se hicieron averiguaciones en algunas localidades de la zona. Está claro y es obvio que con estos robos buscan este material para venderlo. Para que haya este tipo de hechos, tiene que haber un comprador. Tiene que existir en la zona alguien que lo esté adquiriendo", consideró la intendente de Sastre.

La necrópolis de la cabecera departamental ya había sufrido una serie de robos a fines de 2023. En ese entonces, el Municipio local había realizado una obra eléctrica con nueva iluminación. "Se robaron absolutamente todo. Eran 12 reflectores más todos los cables", recordó indignada Amero.

La jefa del Ejecutivo explicó que, por tal motivo, las cámaras de seguridad instaladas dejaron de funcionar al momento de cortar todo el tendido eléctrico. Incluso aseguró que desde hace un tiempo atrás la tarea de contar con un sereno es compleja. "Nadie quiere ir, y menos aún cuando empieza el invierno".

Luego de los sucesivos robos, el Municipio decidió cerrar los portones de ingreso y egreso al cementerio y establecer un horario de apertura y otro de cierre cuando el sol comienza a caer por la tarde. Además, dispuso la colocación de rejas en diferentes puntos del predio para evitar que el acceso sea con total libertad. "Ya no sabemos más que hacer. Se colocaron cámaras de seguridad, hubo cuidadores, pero nadie respeta absolutamente nada", concluyó Amero.