“Nuestra tarea es gobernar para que los santafesinos puedan vivir el presente con más tranquilidad y mirar el futuro con esperanza”, marcó el gobernador Maximiliano Pullaro en su primer discurso de apertura de sesiones ordinarias en la Legislatura, donde se refirió a las acciones encaradas para reducir el déficit con que recibió la Provincia, marcó las principales preocupaciones, y detalló especialmente los ejes en materia de seguridad, educación, en materia social y producción.
Resaltó la importancia de “gobernar con la verdad” para que “tomemos real dimensión del desafío: tenemos una realidad, números y condicionantes que los santafesinos no pueden ignorar”.
Fue allí cuando señaló que “asumimos con un sistema productivo dañado y con un Estado Provincial en déficit”. El ejercicio económico 2023 cerró con un déficit de $ 131.111 millones; la deuda flotante alcanzó el tercio de billón de pesos mientras que la planta de personal registró 10.460 cargos y 86.790 horas cátedra más que 4 años atrás.
El gobernador cuestionó “el incremento de la planta del sector público provincial que explica el 71% del déficit del año 2023”, y que “deja efectos de largo plazo que impactan de forma múltiple”, entre otras cosas porque “quienes ingresaron o progresaron por vías del atajo están quedándose con una parte de la torta” que les correspondía a los que lo hicieron por vías del mérito.
Hizo hincapié en que “estamos cuidando que una parte de los recursos del Estado puedan destinarse a aulas, patrulleros, equipamiento policial, medicamentos, rutas, energía y otras infraestructuras que atiendan necesidades de los casi cuatro millones de santafesinos y fortalezcan nuestra capacidad productiva”.
Allí acentuó que “por eso tomé la decisión de arbitrar los mecanismos administrativos para que ningún funcionario, cualquiera sea el rango, pueda quedar en planta permanente. Los funcionarios que designé se van cuando terminan sus funciones en nuestro gobierno”.
Luego repasó las acciones que “permitieron una reducción del orden del 40% en términos reales de los gastos de funcionamiento durante el primer trimestre”: la reducción de ministerios, el impedimento que cualquier funcionario, incluido el gobernador, se hospeden en hoteles que superen las tres estrellas, la reducción del uso de autos oficiales, la eliminación de la flota de equipos de telefonía para funcionarios, y un control estricto del gasto de combustible.
Pullaro apuntó que con esas acciones, “en el primer trimestre ç pudimos compensar una parte del déficit de 2023. Ese esfuerzo posibilitó cancelar unos $ 42.800 millones de pasivos con contratistas por certificados de obra del año 2023 y con municipios y comunas por Fondo de Obras Menores, Plan Incluir, Fondo de Financiamiento Educativo y otros conceptos sin arbitrariedades de ningún tipo”.
Bajo la lupa
De todas formas, el gobernador señaló que “el agravamiento de la coyuntura macroeconómica que incide sobre los recursos” hará “muy complejo continuar compensando el déficit del año anterior”.
Y aportó un dato: “En el primer trimestre los recursos corrientes crecieron menos del 30 %, 22 puntos por debajo de la inflación y por debajo, también, de la recomposición salarial acordada para los agentes provinciales”.
Entre otros temas sobre los que puso la lupa en su discurso están la situación crítica con que se recibió ASSA, la EPE y la Caja de Jubilaciones.
“Recibimos ASSA en estado crítico, con un atraso tarifario superior al 600 % en todos sus distritos y superior al 2000 % en el sistema de grandes acueductos”, y por eso “desde el día 1, tomamos su conducción, dispusimos recursos y se la incluyó en el marco de la emergencia dictada”, contó.
En el caso de la EPE, “tenemos en marcha un programa para corregir la situación actual, que se expresa en una deuda de $ 30.000 millones y pérdidas anuales debido a fraude o robo” de energía. “Con las medidas que se están implementando esperamos reducir pérdidas, fraude y morosidad en un 10% este año, a la par de invertir .900 millones en obras”, indicó.
Y sobre la Caja de Jubilaciones, remarcó el déficit crónico “que en marzo fue de $ 23.000 millones”. Por eso, “convocamos al debate”, y apuntó que “no se trata de recortar derechos adquiridos sino reordenar el sistema y reclamar juntos el pago de lo que le corresponde a Santa Fe para cuidar la Caja en manos provinciales y a los jubilados que vengan en el futuro”.
Seguridad
El tema de la seguridaad remarcó en su discurso ante los legisladores, donde valoró el acompañamiento con la sanción de leyes para perseguir el delito. Enumeró la inversión en móviles, equipamiento y en el servicio penitenciario.
“Desde el primer día de gestión entendimos que el objetivo compartido por todos de recuperar la paz en nuestras calles tenía como requisito indispensable recuperar el control dentro de las cárceles y aumentar en cantidad y capacidad la operatividad policial”. En esa frase el gobernador Maximiliano Pullaro sintetizó su visión y las acciones vinculadas a la principal demanda en la provincia: la seguridad.
Apuntó que las medidas se ejecutaron “en el marco de una planificación basada en evidencias más que en la intuición o las costumbres”. En ese marco, en lo penitenciario, enumeró que se “intensificó la cantidad de requisas, hicimos más eficientes los controles en los ingresos y a las visitas y limitamos -cada vez con mayor intensidad- la capacidad de estos delincuentes de ordenar el delito desde las cárceles”. Sobre la reacción por parte de los narcos y sicarios tras el endurecimiento de los controles, advirtió que “están dando la pelea por recuperar ventajas y privilegios que el Estado en su conjunto no puede ni quiere concederles. Por eso apelan al terror para que una sociedad atemorizada se rinda e inste a los gobernantes a dar marcha atrás”. “Que les quede bien claro a todos: no hay pacto posible con los delincuentes. Santa Fe no va a dar ni un paso atrás”, enfatizó. En ese tramo del discurso, hizo un espacio para volver a enviar condolencias a los familiares de las víctimas del narcoterrorismo y se comprometió a que “este gobierno no los dejará solos”. Y agradeció el respaldo político recibido por todo el arco político e institucional de la provincia y el país por las amenazas recibidas.
Inversión carcelaria
Para Pullaro, era imperioso “mejorar el sistema penitenciario” y para eso, entre otras medidas, “había que retomar el ritmo de construcción de obra pública penitenciaria”. “Ya se licitó la obra para sumar 160 celdas con capacidad para 320 reclusos en la Unidad 5 de Rosario y en el departamento La Capital sumaremos espacio para 880 personas. En la Unidad de Piñero, construiremos celdas para 2.432 presos, entre ellos los 1.152 de alto perfil que ya se encuentran alojados allí”, anticipó. “Tenemos proyectado sumar 2.459 celdas, para 3.632 reclusos, con una inversión de 227 millones de dólares”, enumeró, y agregó que a eso se sumará “tecnología con sistemas de scanner, detectores y videovigilancia y de personal”. Además recordó que está en marcha la incorporación de 373
agentes.
Más presencia en las calles
Para Pullaro, el control carcelario es clave para tener el control de la calle. “En 4 meses multiplicamos la operatividad de nuestra fuerza de seguridad” y puntualizó que “en Rosario pasamos de 20 móviles a un promedio de 140 y en la ciudad de Santa Fe de 9 a 70”. Además, en el marco de la Ley de Emergencia en Seguridad, “ya adquirimos 100 móviles” y este jueves “se abren los sobres de ofertas para la compra de 700 patrulleros, y está en marcha la adquisición de 500 motos, armamento y chalecos”.
Hizo mención a la modernización del sistema policial: “Vamos a darle a las estaciones policiales ya existentes en Rosario la verdadera función para la que fueron construidas, y sumaremos 4 más en esa ciudad y 3 en la ciudad capital”. Adelantó que “vamos a agregar más tecnología con una red de 5.000 nuevas cámaras de seguridad en Rosario, la adhesión de cámaras privadas al sistema de videovigilancia y un nuevo edificio para el funcionamiento del 911”.
Hizo mención también a la batería de leyes contra el delito impulsada por el Ejecutivo y que la Legislatura aprobó, como la adhesión a la Ley de Microtráfico, que permite a la Justicia provincial perseguir el narcomenudeo, que habilita el derribo de búnkers. “Que quede bien claro: en Santa Fe no hay impunidad para nadie. Y aquí no sólo se persigue a los delincuentes sino que también se le sacan sus bienes. El jueves realizamos la primera subasta de vehículos decomisados a organizaciones criminales”, recordó.
Políticas integrales
Pullaro señaló que no alcanza con políticas penitenciarias o de policiamiento, sino que hay que “abordar, a través del programa de Intervenciones Barriales Focalizadas, las zonas con mayor índice de violencia con una mirada integral que involucra a MPA, gobiernos locales y Policía, pero también a políticas de desarrollo humano, mejoramiento barrial, atención de salud y acceso a la educación”. En esa línea, valoró la vuelta del Plan Abre y la puesta en marcha del Plan Nueva Oportunidad que apunta a 15.000 jóvenes “que se encuentren en contextos violentos y condiciones materiales de vida precarias”.