Desde este lunes y hasta el viernes, estudiantes de la carrera de biología de otros países se están capacitando en el know how (saber hacer) para aprender a investigar a través de la primera plataforma de críomicroscopía electrónica que se instalará en el país, ubicando a la ciudad en un lugar competitivo en la ciencia mundial como nodo de capacitación de los recursos humanos en esta técnica de avanzada.
El IBR junto al Centro de Biología Estructural del Mercosur (Cebem), IFIR y Cifasis, son las instituciones que dictan este primer curso intensivo de críomicroscopía electrónica, desde este lunes y hasta el viernes en el CCT de Ocampo y Esmeralda. Allí se reúne a 20 estudiantes de América Latina, que se capacitan con cinco destacados instructores internacionales y seis expertos locales en el campo, que les brindarán los conocimientos sobre esta técnica novedosa de nivel atómico para aplicar en sus carreras y en sus regiones.
Se prevé que esta técnica colaborará en investigaciones sobre desafíos agrícolas de esta región, como el combate contra la sequía, la lucha contra el dengue, el chagas u otras enfermedades infecciosas endémicas o emergentes. Y se realizan con becas de la Iniciativa Chan Zuckerberg (fundación del creador de Facebook y su esposa).
Bajo la dirección de expertos como Mario Borgnia (USA), Alejandro Buschiazzo (Uruguay), y Rodrigo Portugal (Brasil), los participantes exploran los fundamentos teóricos y prácticos de esta técnica revolucionaria, con un enfoque en la preparación de muestras, el procesamiento de imágenes, y las estrategias avanzadas en “in vivo” de la crío-microscopía electrónica.
Qué es la crio-microscopía, la técnica “revolucionaria” ganadora de un Nobel
La crio-microscopía electrónica es una técnica de punta que permite determinar la estructura tridimensional de moléculas biológicas de resolución atómica, que se destaca por su capacidad resolutiva veloz en entornos naturales.
Fue premiada en el año 2017 con el Nobel en Química a los doctores Jacques Dubochet, Joachim Frank y Richard Henderson. Hasta la actualidad, para acceder a esta tecnología, los investigadores argentinos deben recurrir a colaboraciones con centros especializados del mundo, y no suelen dejar un ‘saber hacer’ tecnológico local.
En el campo de la biología estructural, se utiliza esta técnica de vanguardia para investigar a nivel atómico una amplia variedad de moléculas que poseen un valor significativo tanto en el ámbito clínico como en el industrial y biotecnológico.
Este tipo de investigaciones es de avanzada, y se encuentra en pleno desarrollo mundial. Permite observar la naturaleza a una resolución sin precedentes, con tecnología que además requiere de poca infraestructura.
“Puede instalarse en un laboratorio de 40 m2 y brindar resultados precisos y cada vez más veloces por análisis de datos con la ayuda de inteligencia artificial”, destaca Mariano Dellarole, investigador del Conicet en el Instituto Cibion, uno de los líderes del proyecto.
En las ciencias se considera a la criomicroscopía electrónica como "revolucionaria", ya que ha transformado la comprensión de la biología celular y molecular, al permitir investigar estructuras biológicas a nivel molecular con una resolución de detalles sin precedentes.