La frutilla de Coronda es una marca registrada más allá de que hace algunos años que no cuenta con la denominación de origen que supo tener sobre todo en la segunda mitad de la década de los ‘90 y tampoco ha tenido como ocurre desde hace años en Tucumán o hace poco en Chaco, una participación directa del Estado con aportes financieros.
Sin embargo, sigue siendo "la" frutilla del país por su rica historia nacida en 1919 para las primeras producciones y para 1922 para las primarias comercializaciones con 102 años de continuidad ininterrumpida de los surcos en el paisaje corondino.
Cada año es particular, algunos, siempre haciendo una referencia global y general de todos los que la trabajan, han sido muy buenos, otros por el contrario, demasiado negativos. El antecedente inmediato no es el mejor ni mucho menos porque el 27 de octubre de 2023 unas 176 hectáreas del fruto se vieron afectadas en una franja de 17 kilómetros de norte a sur atacando sobre todo campos en Arocena y Coronda.
El campo de la quinta Monti-Solis, fue escenario durante cuatro temporadas del Concurso de Juntadores de Frutillas de la Fiesta Nacional, este año decidieron no plantar. El concurso de 2023 se hizo 6 días antes de la gran pedrada.Foto: gentileza
Piedra dañina
Esto trajo consecuencias para esta temporada 2024. Si bien hay otros factores, el intendente Ricardo Ramírez -que además es productor- mencionó días atrás que son unas 50 las hectáreas restadas a la producción frutihortícola para este año.
Al respecto, el Ing. Agr. José Luis Berra, quien además es productor, explicó que "fue más grave de lo que se pensaba, para mí, Fresas Corondinas, fue muy grave. En octubre de 2023 el granizo tomó varios kilómetros, desde el arroyo Matadero hasta los puentes del Colastiné al sur, hizo mucho daño cuando antes era por lonjas y encima cayó piedra en seco" indicó para agregar que "por esto el productor no pudo lograr los rindes totales. Siempre quiere llegar a un kilo por planta, estamos en 800 gramos máximo, y cuando cayó la piedra, iban 600. La planta no se recuperó, se pudo sacar un poquito más y eso afectó mucho a la hora de recuperar los fondos para tener para los insumos de este año".
También hay otras cuestiones a tener en cuenta para la resta de hectáreas. Y esto fue ratificado por una de las familias de quinteros que decidió no plantar en esta temporada, los Monti-Solis de la quinta Juampy, campo emblemático además porque allí desde hacía varios años se desarrollaba el concurso de Juntadores de Frutillas que le daba inicio a las actividades de la Fiesta Nacional, en cada temporada.
La crisis influyó
Mariana Solis explicó que "fue una decisión que se tomó por la inestabilidad del país, decidimos no plantar, de hacer 5 a 6 hectáreas, a cero, es un parate, esperemos que sea sólo este año. Queremos volver, son números de inversión demasiado grande, sabemos el número de lo que hay que poner pero no las cifras del final. Antes de llevar a la empresa a la quiebra, decidimos detenernos como estrategia incluso. Y esta tarea venía de 20 años a esta parte en cuanto a mi marido, de su papá, de su abuela, yo con él hace 14 años...".
Luego, la productora habló de valores iniciales para invertir y trabajar la fruta: "Teniendo en cuenta que hay que alquilar una tierra, y eso equivale a 1.000 kilos de frutilla despalillada, si querés hacer una hectárea que no conviene, así que lo mínimo es dos, hacen falta 100 millones de pesos".
Acerca de cuánto costará el kilo a parte del inicio de la venta en junio, la quintera indicó que "se pueden establecer los precios, porque la primicia toma el precio que deja Mar del Plata. Ellos empiezan cuando termina Coronda, y viceversa, les corta con las heladas porque ellos no tapan, no hay ni macro ni microtúnel. Los últimos kilos que vendió Mar del Plata, eso se toma, los dos kilos en cubeta se vendían a 4000 cada uno. Hoy en día los costos suben, no tenemos economía estabilizada pero por ahí andaría" y aclaró que "cuando salga la primicia, esa primera frutilla va a ir a Rosario y Santa Fe por cuestiones de fletes, después cuando haya más kilos se pensará en Buenos Aires".
¿Y los trabajadores rurales de esas 50 hectáreas menos? "Yo hablo desde nuestra quinta, nuestra gente se fue absorbida por otras quintas, son trabajadores de experiencia y calidad, tanto los de surcos como los de galpones. Hay faltante de mano de obra, entonces se pudo traspasar fácilmente, son gente de carrera en el trabajo de campo y con mucha experiencia y sabiduría".
Desfinanciamiento y deudas
El Ing. José Luis Berra manifestó en cuanto a este difícil año, que "el productor está endeudado en dólares, y a eso hay que agregarle la devaluación. Debíamos con los insumos financiados con un dólar de 300 pesos y debíamos de pronto a 800. La industria no acompañó. Pagó menor el precio de la fruta".
Entonces, según el profesional "el quintero quedó desfinanciado y se preveía que se iba a plantar mucho menos de lo que realmente hubo. La información que compartimos con los técnicos de la zona, Arocena, Coronda y Desvío Arijón es que iba a haber 100 hectáreas menos, pero hubo 50 menos, habrá plantadas un poco más de 200 hectáreas este año y supimos tener más de 300" a lo que detalló también que "a esta merma en la provincia, hay que agregar que en Santa Rosa de Calchines, Rincón, Arroyo Leyes, ahí incluso se habla de 50 hectáreas menos pero tenían 100 como máximo".
Berra también habló de consumo: "El productor piensa en un precio mucho mayor, pero también hay que ver lo que se consumirá. Esto es oferta y demanda. Cuando haya más producción, los precios bajarán. Y si la gente va a comprar frutillas o va a elegir consumos más baratos, lo que debería ser un derecho, es un lujo comprar unas frutillas".
Sus beneficios en el organismo
Recordando por otro lado, lo saludable y positivo que es consumir esta fruta, el ingeniero manifestó que "se invirtió mucho marketing en el arándano, lo cual está bien como fruta fina pero la frutilla tiene más, y la mora es la más completa. Son frutas berry, pero la frutilla genera cosas muy buenas para la salud: antioxidantes, vitamina C, otras vitaminas, proteínas, menos calorías, calcio, protección contra enfermedades y el sabor que es incomparable, más para nosotros los corondinos".
Según estudios realizados en la Universidad Nacional del Litoral y también en la Universidad de California, en Cleveland e incluso en la mítica Universidad de Harvard, se ha determinado que la frutilla es una de las frutas con número menor de calorías y su consumo ayuda a mantener la piel hidratada; combate el estreñimiento debido a la fibra, evita enfermedades oculares, debido también a la vitamina C por ejemplo.
No sólo eso, tiene mucha agua, hidrata, y contiene vitaminas de todo tipo como la A, C -más que la naranja, inclusive-, E, B1, B2, B3 y B6; y como si fuera poco aporta calcio, potasio, hierro, magnesio, fósforo, yodo y fibra; y ácidos tan útiles como el cítrico, elágico, oxálico, salicílico y fólico.
¿Previenen el cáncer? Sí. Porque su principal antioxidante es la antocianina, precisamente la enzima que le da el color rojo tradicional a la frutilla. Ayudan a mantener los intestinos sanos, a mantener el peso, a reducir cardiopatías y estimula el cerebro además de atacar cálculos y problemas biliares, y hasta reducir la hipertensión y retención de líquidos y algunas enfermedades de postura.