Las estadísticas muestran que en los primeros 180 días del nuevo gobierno en la provincia de Santa Fe, descendió en forma abrupta la cantidad de homicidios en todo el territorio, pero especialmente en el departamento Rosario, que en los últimos tiempos tenía a su ciudad cabecera con reiterados hechos violentos. Entre el 10 de diciembre de 2023 y el 10 de junio de 2024 se registraron 63 crímenes (11 en diciembre y 52 entre enero y mayo), contra 153 en idéntica cantidad de días del período 2022/2023..
Según fuentes del Ministerio de Seguridad de la provincia, la disminución se debe a diversos factores, entre ellos la mayor presencia policial en el territorio, que incluye el refuerzo de patrullajes en distintas zonas y horarios; el trabajo conjunto con fuerzas federales y las acciones que se llevan a cabo en penales, donde se restringieron las condiciones de detención de los denominados presos de alto perfil.
“El diagnóstico que teníamos antes de asumir era que el delito y la violencia en Santa Fe se estaba gestionando desde adentro de las cárceles”, destacó el secretario de Análisis y Gestión de la Información del ministerio de Seguridad, Esteban Santantino. Ante esto, “la Policía, con mayor operatividad, pudo recuperar la calle. Y las investigaciones criminales complejas vuelven a ser las formas de trabajo de la Provincia", agregó.
Según el informe, en lo que va del año se cometieron en el departamento Rosario un total de 52 homicidios (17 en enero, 7 en febrero, 11 en marzo, 9 en abril y 8 en mayo). Las cifras son notablemente inferiores a los que se registraron en la misma cantidad de días en los últimos 10 años.
Esas mismas estadísticas marcan que en 2014 se llevaban cometidos 125 crímenes; en 2015 fueron 112; en 2016, 93; en 2017, 73; en 2018, 96; en el año 2019, 79, en el año 2020, 83 (comienzo de la pandemia); en el año 2021, 109; en el año 2022, 126 (considerado el año más violento de la historia en el departamento Rosario) y en el año 2023, un total de 142.
Pero si bien hay que destacar esa notable disminución, no se debe olvidar que siguen ocurriendo amenazas a instituciones, viviendas, funcionarios y estaciones de servicio; múltiples ataques que dejan heridos de arma de fuego y extorsiones y balaceras a escuelas, comercios, y casas particulares, protagonizadas en su mayoría por tiratiros o gatilleros a quienes les hemos puesto (desde el periodismo) el título de sicarios.
Las víctimas
Si bien la cantidad de víctimas ha disminuido, esas personas que pretenden ser las dueñas de la vida y la muerte siguen sembrando las calles de balas y vainas servidas y dejando un tendal de víctimas mortales, y también a nivel material y espiritual.
Así lo sienten las familias de Eugenia Toloza (31 años), asesinada con un arma blanca el 6 de enero de este año en French 6400, de barrio Empalme Graneros; o la de María Mercedes Antelo (45 años), que estaba alojada en el Order (Oficina de Recepción de Detenidos Rosario) y murió 4 días después como consecuencia de múltiples quemaduras en su cuerpo; o la de Susana Haydée Mena (27 años), cuyo cuerpo fue encontrado dentro de una bolsa, en una vivienda ubicada en inmediaciones de Magaldi 8900, barrio Los Gráficos, el 11 de enero.
También sufren su pérdida los familiares y amigos de Ramón de la Cruz Navarro (55) asesinado a tiros el 15 de enero en bulevar Seguí al 3400, de barrio Alvear o Ana María Martínez (42) y Juan Ramón Flores (49), muertos a tiros en una casa de Spiro al 300 bis, en barrio Villa Manuelita, al sudeste de Rosario. O Tamara Marionsini (53), muerta a golpes y puntazos junto a su pareja, Silvio Martini (65).
Otras víctimas fueron José Luis Assale (63) y Carlos Uriel Acosta (21), acribillados a tiros en inmediaciones de Chacabuco y Dr. Riva, barrio Tablada, el 13 de febrero, o Ayelén Emilce Angélica De Marco (32) muerta de un disparo en el cráneo en su casa de Gutiérrez al 1900, de barrio Las Delicias.
Más víctimas: Sharon Almada (18 años), muerta a tiros el 4 de marzo en Forest al 7600, de Belgrano Oeste. Y la saga que volvió a poner a Rosario en el centro de la escena de la violencia: Los taxistas Héctor Raúl Figueroa (43) asesinado a tiros en Flammarión al 5100, el 5 de marzo y Diego Alejandro Celentano (38) muerto un día después en Marcelo T. de Alvear y Garmendia; el colectivero Marcos Daloia (39) herido el 7 de marzo en la esquina de Mendoza y Méjico, de barrio Belgrano (falleció 3 días después) y Bruno Nicolás Bussanich (25) quien falleció en la noche del 9 de marzo en una estación de servicio ubicada en Mendoza al 7600, luego de recibir un disparo en el cráneo.
Además, en abril hubo al menos 4 víctimas fatales en menos de 100 metros: Leonardo Rodrigo Contreras (23 años) y Daniel Pacheco (22), asesinados a tiros el 16 del cuarto mes del año en Cavia y Ghiraldo (barrio La Esperanza); Claudio Barrionuevo (38) muerto en esa misma esquina 3 días después y Matías Alberto Coria (35), quien el 30 de abril falleció luego de recibir un disparo en el cráneo, en inmediaciones de Cavia y Larrechea (a menos de 100 metros de la otra escena de crimen en barrio La Esperanza).
En mayo hubo 8 asesinatos, entre ellos el doble femicidio registrado en una calle de barrio Alvear, donde murieron Dalma Giuliana García, de 19 años y Julieta Gaitán, de 22. A esa lista se le agrega un tercer femicidio en mayo, el de Adriana Claudia Luna (57 años), cuyo cuerpo fue hallado con varios golpes en el interior de su vivienda, ubicada en Víctor Mercante 500, de barrio Sarmiento, al norte de la ciudad más importante del departamento Rosario.
Son menos víctimas que hace un año, que hace dos, que hace cinco, pero no dejan de aparecer.