Numerosos vecinos de Vera y de la región manifestaron su bronca y malestar por la imposibilidad de retirar plata en efectivo de los cajeros automáticos existentes en la ciudad de Vera.

En medio del fin de semana largo, los usuarios de los diferentes bancos se toparon de frente unidades fuera de servicio, y con otras que solo entregaban billetes de 10.000 pesos, pero no de baja de denominación.

“Hola buen día, quiero decirle que es una vergüenza que los cajeros de Vera no tengan plata, eso reírse de la gente que hace kilómetros y no puede cobrar”, exteriorizó su indignación un hombre proveniente de la zona de la Cuña Boscosa, que tuvo que regresar a su pueblo sin poder hacerse de sus fondos.

Una cliente de una entidad local también expresó su enojo: “No andan los cajeros. Es un infierno cobra en Vera, sinceramente. Yo esta mañana necesité sacar, me levanté seis y media de la mañana, cuando llegué estaba llenísimo y cuando entro había tres cajeros fuera de servicio. Un desastre, de verdad un desastre”.

Asimismo, se registraron otros inconvenientes. Los cajeros quedaron cargados con billetes de 10.000 pesos y hubo gente que tenía 15.000 pesos, por ejemplo, y no pudo sacar todo su dinero; o el caso de un abuelo con 7.000 pesos que, directamente, se tuvo que volver a su casa con las manos vacías.

“Cuando hice el reclamo la otra vez me dijeron en el banco que compre con débito, pero con débito en los mercados nos cobran con recargo y aparte yo quiero mi plata”, se quejó una mujer en la larga cola frente al sector de cajeros de un banco.

Tres datos más expusieron quienes se acercaron a retirar sus haberes: muchas veces la operatoria debe ser realizada frente a los ojos de otras personas presentes en la zona de cajeros, con los consecuentes peligros de seguridad; si alguien tiene acreditado su dinero en un banco, pero acude a otro a hacer la extracción debe abonar un recargo; el otro problema es que muchas veces vienen desde el interior departamental personas designadas por sus pares para que les cobren sus sueldos. Es lo que pasó este fin de semana con un hombre de Fortín Olmos que se acodó en un cajero con más de 200 tarjetas y que a pesar de los pedidos de la gente para que diera lugar hizo caso omiso y completó su tarea, demorando aún más aquellos que desde horas tempranas esperaban su turno.

Para finalizar, vale decir que la problemática no solo que no es nueva y se repite sin solución de continuidad desde hace tiempo, sino que además sucede ante la impasividad de las sucursales crediticias.