En la gélida madrugada del martes 9 de julio, los integrantes de los diez equipos que se anotaron para participar del concurso de locro comenzaron los trabajos. El municipio había entregado sin cargo los elementos para trabajar y los ingredientes básicos para 50 porciones. Después, cada equipo tenía la posibilidad de sumar, sacar o modificar la receta original. Luego, todos los equipos debían poner en venta las porciones, pudiendo hacer más de 50, a un valor estipulado de 2.500 pesos. Vale señalar que los equipos estaban integrados casi en su totalidad por entidades como clubes, ONG, y otras instituciones. El monto recaudado con la venta de las porciones quedaba íntegramente para cada equipo, razón por la cual no podían modificar el valor fijado por el municipio.
Según explicaron los integrantes del jurado, “estaban todos muy parejos, cada plato con sus particularidades, pero todos muy buenos”. Teniendo en cuenta esto, aseguraron que la decisión se basó en varios aspectos, “fundamentalmente el sabor, pero también el corte de los ingredientes, cosa importante al ser un plato de cuchara, y la presentación”.
Cabe mencionar, que el Gobierno de Chajarí a través de la Dirección de Cultura, les proporcionó a los competidores la indumentaria personal y los insumos para la elaboración, realización y luego exhibición del plato.
LOS GANADORES
César Gismondi (h), Eugenio Brarda y Pablo Castro, integrantes de la Peña de San Lorenzo, fueron los ganadores del concurso de locro en Chajarí, edición 2024.
Así lo hicieron saber cerca del mediodía los integrantes del jurado, los cocineros profesionales Marianela Pizzio, Matías Repond y Francisco “Ico” Torres.
El equipo ganador se llevó el clásico cucharón de madera, obra efectuada por el artista chajariense, Damián Ayala; y una olla de fundición de hierro, aportada por la Fehgra.
TRADICIÓN
El intendente de Chajarí, Marcelo Borghesán, estuvo en la competencia y señaló la importancia de que se sumen año a año cocineros nuevos, “al ser una comida tan típica es muy bueno que se haga una tradición, y que las nuevas generaciones se animen a participar. Vemos ahora chicos que el año pasado o el otro estaban como ayudantes, y ahora se animaron a presentarse, eso ya es algo muy bueno”. De la misma manera, Borghesán se refirió al apoyo de los vecinos, “que pese al frío están acá haciendo las filas para comprar y colaborar con estas instituciones. Eso es porque saben que son buenas preparaciones. Que seguro, le compren a quien le compren, será bueno”.
Luciano Percara, director de Cultura, agradeció a todos los presentes, que se sumaron a la propuesta, “y no sólo a los integrantes del equipo, también a los familiares y amigos que estuvieron toda la mañana haciendo el aguante”, dijo el funcionario y añadió, “es una competencia que ya es parte de nuestra identidad”.
PLATO CON HISTORIA
La base de su preparación se consumía en estas tierras en épocas precolombinas, antes de que “América” se imponga como nombre del continente; antes de que una porción de América sea bautizada con el nombre de Argentina. Tiene sus antecedentes en la cocina ancestral andina: una mezcla original que los quechuas llamaban “rucru” y que según los especialistas significa “cosa cocida” o “cosa cocinada”. Las crónicas de los primeros exploradores españoles en el continente ya hacían mención a este guisado. Los colonizadores le sumaron las carnes de vaca y cerdo. Esta fusión andino-española daba inicio al recorrido gastronómico que desemboca en el actual locro nacional.