¿Es posible un cambio social revolucionario a través de la distribución del afecto?, es una de las preguntas con las que se abre la mirada a lo fantástico hecho realidad. Eje del documental “La sociedad del afecto”, que enhebra aristas en torno a la gran Chiqui González, recientemente nombrada ciudadana distinguida de Rosario por el Concejo.
Dirigida por Alejandra Marino y Marcela Marcolini, el film tiene el auspicio del Incaa y mecenazgos. Y tendrá su pre-estreno en la ciudad que la vio crecer, que gozó de sus políticas públicas sobre infancia y su legado teatral.
La cita con presencia de las directoras y de la protagonista, es este jueves 1° de agosto a las 20 en el cine El Cairo, Santa Fe 1120. Las siguientes funciones serán los días viernes 2 a las 18, sábado 3 a las 22.30 y domingo 4 a las 20.30. Luego su flamante estreno será en el cine Gaumont del Incaa en noviembre, para girar por festivales del mundo.
Con la Chiqui como protagonista, participan del documental: Cristian Marchesi, Gachi Roldán, Cristian Cabruja, Gustavo Guirado, Roberto Moyano, Ricardo Arias, Piero Arsanto, Pablo Razuk, Pablo Palavecino, Luis Machín, Marita Vitta, Alejandra Zambrini, Jorgelina Lope Lo Celso, Violeta Vázquez, Paula Fierro, Silvia Rizzati, Livia Martini, Fabiana Smith, Andrea Castagno, Andrea Garbosa, Daniela Gómez, Piero Arsanto, Leandro Ferraro, Marcel Arsanto, Carolina Balparda y Paola Cocconi.
En los días previos a las proyecciones en El Cairo y con alta expectativa sobre lo que tengan los rosarinos para decir sobre este film, Marino y Marcolini se reunieron en un Meet con Mirador para dar algunos adelantos sobre su obra, primera escrita a cuatro manos.
Mirador: -¿Cómo fue codirigir y guionar un film sobre Chiqui, y por qué sobre ella?
Marcela: -Fue mucho el trabajo, muchas conversaciones que hicieron que saliéramos de la rigidez de las ideas, pero siempre volviendo al guion que nos proponíamos, ya que teníamos algunos conceptos que queríamos tocar: la belleza intrínseca de las cosas, su aporte al teatro nacional y rosarino, y las infancias como un pilar que enseñó a sus alumnos.
Alejandra: - Yo había dirigido varias veces, pero nunca a cuatro manos, y resultó ser una experiencia enriquecedora. Fue de mucha inmersión, y a sabiendas de que un documental también va surgiendo en el camino porque ambas somos documentalistas.
Quisimos contar su historia porque nos dimos cuenta que en el país hay un desconocimiento sobre el aporte fundamental que hizo Chiqui al teatro y a la educación. Ella es un faro que había que dar a conocer.
Además de la política pública, nos interesaba ella como mujer del teatro, directora en un momento que no había mujeres al frente, y su vínculo siempre conectado con la infancia.
-¿Cómo decidieron narrar su historia y con qué se va a encontrar el espectador?
Marcela: - Ella nos pidió que no fuera una película sobre su vida íntima, y eso se respetó. Pero de todas maneras, indefectiblemente hay imágenes de archivo, está su infancia.
También hay animaciones del Estudio Moco. En el film se ve a sus compañeros de teatro, el equipo del Hospital Vilela, hablamos con alumnos suyos, mucha de la gente que trabaja cercana a Chiqui.
Alejandra: - El guion que pensamos de principio era una estructura bastante poética, pensada para la búsqueda de los mecenazgos, pero después siempre volvíamos porque ahí estaban los conceptos que no queríamos dejar de desarrollar, aunque se haya modificado de aquel primero.
Pensamos que algo que atraviesa este documental es su concepto sobre la belleza como un valor para que “todos sean artistas y nadie esclavo”, como dijo en alguna parte. La belleza intrínseca de las cosas que está en el conflicto, en las grietas, no desde una mirada naíf. Ella encontró belleza siendo una mujer que tuvo que atravesar una cantidad de cosas y de decisiones todos los días.
-¿Por qué tienen tanta expectativa sobre la mirada de los rosarinos?
Alejandra: -Rosario es el lugar clave del relato, porque es desde donde creó casi todo, desde el Tríptico al Ministerio de Cultura, la vanguardia del teatro, y de allí con propuestas culturales hacia todas las localidades de la provincia. No sabemos si los rosarinos, que la conocen tan de cerca, van a acordar con nuestros recortes, porque muchas cosas quedan afuera.
Marcela: -En un tiempo que la política hacia las infancias es tomada como un gasto, es buen momento para que se conozca su recorrido. Porque sabemos que toda película permea y hace eco en alguien que luego toma esa información para el futuro, y ojalá algo provoque. Que el film llegue muy lejos, para que sus ideas sean tomadas, sobre todo el derecho al juego.
-¿Cómo fue la experiencia con Chiqui y qué opinión les dio cuando pudo verla terminada?
Marcela: - Al principio no quiso saber nada. Nos llevó un tiempo de entrar en confianza, porque ella no estaba interesada en contar de su vida privada. Yo la conocía por mi pareja, el actor Pablo Razuk, quien fue su alumno en la Agrupación Filodramática. Nos costó que nos dijera que sí, pero después huvo una apertura generosa y enorme.
Cuando hicimos la primera entrevista y llevamos un teaser al Incaa, Chiqui enseguida nos escribió para aclararnos: “No vaya a quedar una idea del afecto como un cariñito. Con ese mensaje nos dejó clara la idea que ya pensábamos, del afecto como una política a tener en cuenta hacia las infancias.
Alejandra: -Ya Chiqui pudo verla en el Festival de las Mujeres, y nos dijo que le gustó. Creo que entendió que esa película era nuestro recorte sobre ella, y fue muy inteligente de su parte no buscar cambiar nada.
Ficha técnica
Dirección y guion: Alejandra Marino, Marcela Marcolini
Dir. Fotografía: Christian Colace
Cámara: Christian Colace, Patricio Mollar, Victorino Parodi, Ana Balbi.
Montaje: Jimena Zárate y Paz Macaya
Dir. de sonido: Pablo Sala
Sonido directo: Jimena Chávez, Fernando Romero.
Post imagen: Lucila Kesselman
Productoras: Graciela Mazza, Noemí Fuhrer (La Pluma Producciones)
Productora Rosario: Pamela Carlino
Música original: Juan Martín Medina
Animación o VFX: Moco Estudios, Ana Martín y Bela Tagliabue.
Maquillaje: Irene de Petris, Nieves Battistoni.
Bio de las directoras
Alejandra Marino escribió y dirigió documentales como “Las muchachas”, “Cómo llegar a Piedra Buena”, y “Mujeres migrantes”; y las ficciones “Ojos de arena”, “Hacer la vida”, “El sexo de las madres” y “Franzie”. Integra DAC, APIMA, BARDA, ACCIÓN Mujeres del Cine.
Marcela Marcolini es guionista, docente y dramaturga. Escribió los documentales “Inteligencia artificial”, “Escenarios de guerra”, “Legerín, en busca de Alina”, “Sara Facio, haber estado ahí”, y coescribió la ficción “Ojos de arena”. Es socia fundadora de GUIAR Guionistas de Argentina e integra ACCIÓN Mujeres del Cine.