Marta Villagra (tercera, de izquierda a derecha), su maestro Roberto Berón y sus alumnos tras la prueba.
Foto:FOTO: Víctor Ludi
VÍCTOR LUDI
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Tras incursionar por otras disciplinas, la paranaense Marta Villagra se acercó al kickboxing “de grande”, según sus propias palabras. La actividad le gustó tanto que se animó a desafiar al calendario y, tras prepararse a consciencia, realizó su primera pelea con 30 años. Pero no fue simplemente para darse el gusto de subirse al ring, sino que fue el paso inicial para continuar adelante con su carrera, que, hasta el momento, lleva 11 combates.
Fue progresando con paso del tiempo y avanzando de graduación hasta llegar a segundo kyu. Por eso, su maestro, el gualeyo Roberto Berón -director del Instituto Máster y representante en el Litoral de la Federación Argentina de Full Contact, Kickboxing y Muay Thai-, la autorizó para que pudiera dar clases.
Así fue que, tras un paso por una comisión vecinal y un gimnasio, en febrero de este año llegó al Club Atlético San Agustín (CASA). Martes, jueves y sábado se encarga de dictar clases, de 16 a 19 (cada turno es de una hora), encabezando el Team La Gitana.
Tras meses de trabajo, junto a sus dirigidos tuvieron su primer desafío: en el estadio Abel Ruiz del CASA se desarrolló una jornada examinadora, donde unas 29 personas –separadas en dos burbujas sanitarias– fueron evaluadas por Berón y lograron avanzar de graduación. Así fue que alcanzó el nivel de primer kyu, rango que la habilita como flamante instructora.
En diálogo con MIRADOR ENTRE RÍOS, Marta Villagra comentó que “Era mi sueño a cumplir y lo logré. Siempre les digo a mis alumnos que nunca es tarde para luchar por sus sueños. Quise demostrármelo a mí misma, me preparé para pelear y pude subir a un ring. Fue una experiencia única que me encantó y no paré más. Ahora, que estoy habilitada para dar clases, quiero inculcarles el mismo compromiso a mis alumnos”.
Posteriormente, invitó a las personas a acercarse al recinto ubicado sobre calle Selva de Montiel de la capital provincial, destacando las bondades del entrenamiento. “Es terapéutico, le permite a la persona tener una hora de relajación para descargar las malas energías. En estos tiempos tan difíciles desde lo emocional, en los que la pandemia ha afectado a mucha gente, es ideal porque le permite desenchufarse de los problemas cotidianos. Es una terapia para el cuerpo y la mente, hasta me animaría a decir que es una caricia al alma”.
Por último, desde su experiencia como peleadora, le envió un mensaje a quienes tienen intenciones de subirse a un ring. “Hay alumnos y alumnas a las que les veo muchas condiciones y que me han manifestado sus intenciones de pelear cuando estén listos. Siempre les digo que no hay que tener miedo, pero sí mucho respeto al gimnasio, ya que subirse al ring no es un juego. Esto requiere mucha preparación física y psicológica, además de las cuestiones técnicas”, finalizó.
LA MIRADA DE UNA EMINENCIA
Roberto Berón es un referente a nivel provincial y nacional de la disciplina. El gualeyo fue el encargado de evaluar el desempeño del Team La Gitana y comentó qué aspectos fueron los que se tuvieron en cuenta.
“Una graduación de kickboxing es más o menos parecido al cambio de cinturón en las artes marciales. Hay un programa de examen y se evalúa a los alumnos de acuerdo a su evolución técnica. Buscamos ver en el alumno la docencia que le inculca su profesor, cómo progresa y cómo enseña. No nos interesa las cuestiones técnicas solamente, sino también el aspecto humano, que se sepa desarrollar como un guía. Los exámenes tuvieron trabajos técnicos, de combate y observamos cuestiones que hacen a la persona, como por ejemplo si tienen malas intenciones a la hora de guantear, si son respetuosos en el combate y demás. Al finalizar el examen me senté con los profes, les di mis apreciaciones y los orienté de acuerdo a lo que pude ver”, explicó.
Además, desde su experiencia, remarcó la importancia de la buena preparación que deben tener tanto los alumnos como los profesores si alguien tiene intenciones de pelear de manera oficial: “Cada profesor determina cuándo puede pelear su alumno, por eso es importante que un instructor sepa transmitir sus conocimientos, más allá de las capacidades que tenga. Pelear sin estar bien preparado es muy jodido, por eso tenemos que ser muy rigurosos con los entrenadores que preparan personas que quieran pelear. Quienes estamos encargado de supervisar debemos controlar muy bien a los profes”.
LOS GRADUADOS
Lograron avanzar en su clasificación Javier Velásquez, Patricia Torrilla, Nahuel Suárez, Tomás Herrera, Oriana Campovilla, Tobías Barzola, Silvana Fernández, María de los Ángeles Moscheni, Joel Belbey, Elda Almada, Jennifer Maidana, Miguel Giles, Tomás Rondan, Abri Suárez, Facundo Segovia, Ayrton Depardón, Mía Suárez, Daniel Reynoso, Isabela Latrónico Páez, Valentino Latronico Páez, Nicolino D’Agostino, Maira Páez, Antonella Mendoza, Sol Palacios y Carlos Arenales (a quinto kyu); Rosario Maidana y María Gómez (cuarto kyu); Elvira Silveyra D’Avila y Marta Villagra (primer kyu).
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Tras incursionar por otras disciplinas, la paranaense Marta Villagra se acercó al kickboxing “de grande”, según sus propias palabras. La actividad le gustó tanto que se animó a desafiar al calendario y, tras prepararse a consciencia, realizó su primera pelea con 30 años. Pero no fue simplemente para darse el gusto de subirse al ring, sino que fue el paso inicial para continuar adelante con su carrera, que, hasta el momento, lleva 11 combates.
Fue progresando con paso del tiempo y avanzando de graduación hasta llegar a segundo kyu. Por eso, su maestro, el gualeyo Roberto Berón -director del Instituto Máster y representante en el Litoral de la Federación Argentina de Full Contact, Kickboxing y Muay Thai-, la autorizó para que pudiera dar clases.
Así fue que, tras un paso por una comisión vecinal y un gimnasio, en febrero de este año llegó al Club Atlético San Agustín (CASA). Martes, jueves y sábado se encarga de dictar clases, de 16 a 19 (cada turno es de una hora), encabezando el Team La Gitana.
Tras meses de trabajo, junto a sus dirigidos tuvieron su primer desafío: en el estadio Abel Ruiz del CASA se desarrolló una jornada examinadora, donde unas 29 personas –separadas en dos burbujas sanitarias– fueron evaluadas por Berón y lograron avanzar de graduación. Así fue que alcanzó el nivel de primer kyu, rango que la habilita como flamante instructora.
En diálogo con MIRADOR ENTRE RÍOS, Marta Villagra comentó que “Era mi sueño a cumplir y lo logré. Siempre les digo a mis alumnos que nunca es tarde para luchar por sus sueños. Quise demostrármelo a mí misma, me preparé para pelear y pude subir a un ring. Fue una experiencia única que me encantó y no paré más. Ahora, que estoy habilitada para dar clases, quiero inculcarles el mismo compromiso a mis alumnos”.
Posteriormente, invitó a las personas a acercarse al recinto ubicado sobre calle Selva de Montiel de la capital provincial, destacando las bondades del entrenamiento. “Es terapéutico, le permite a la persona tener una hora de relajación para descargar las malas energías. En estos tiempos tan difíciles desde lo emocional, en los que la pandemia ha afectado a mucha gente, es ideal porque le permite desenchufarse de los problemas cotidianos. Es una terapia para el cuerpo y la mente, hasta me animaría a decir que es una caricia al alma”.
Por último, desde su experiencia como peleadora, le envió un mensaje a quienes tienen intenciones de subirse a un ring. “Hay alumnos y alumnas a las que les veo muchas condiciones y que me han manifestado sus intenciones de pelear cuando estén listos. Siempre les digo que no hay que tener miedo, pero sí mucho respeto al gimnasio, ya que subirse al ring no es un juego. Esto requiere mucha preparación física y psicológica, además de las cuestiones técnicas”, finalizó.
LA MIRADA DE UNA EMINENCIA
Roberto Berón es un referente a nivel provincial y nacional de la disciplina. El gualeyo fue el encargado de evaluar el desempeño del Team La Gitana y comentó qué aspectos fueron los que se tuvieron en cuenta.
“Una graduación de kickboxing es más o menos parecido al cambio de cinturón en las artes marciales. Hay un programa de examen y se evalúa a los alumnos de acuerdo a su evolución técnica. Buscamos ver en el alumno la docencia que le inculca su profesor, cómo progresa y cómo enseña. No nos interesa las cuestiones técnicas solamente, sino también el aspecto humano, que se sepa desarrollar como un guía. Los exámenes tuvieron trabajos técnicos, de combate y observamos cuestiones que hacen a la persona, como por ejemplo si tienen malas intenciones a la hora de guantear, si son respetuosos en el combate y demás. Al finalizar el examen me senté con los profes, les di mis apreciaciones y los orienté de acuerdo a lo que pude ver”, explicó.
Además, desde su experiencia, remarcó la importancia de la buena preparación que deben tener tanto los alumnos como los profesores si alguien tiene intenciones de pelear de manera oficial: “Cada profesor determina cuándo puede pelear su alumno, por eso es importante que un instructor sepa transmitir sus conocimientos, más allá de las capacidades que tenga. Pelear sin estar bien preparado es muy jodido, por eso tenemos que ser muy rigurosos con los entrenadores que preparan personas que quieran pelear. Quienes estamos encargado de supervisar debemos controlar muy bien a los profes”.
LOS GRADUADOS
Lograron avanzar en su clasificación Javier Velásquez, Patricia Torrilla, Nahuel Suárez, Tomás Herrera, Oriana Campovilla, Tobías Barzola, Silvana Fernández, María de los Ángeles Moscheni, Joel Belbey, Elda Almada, Jennifer Maidana, Miguel Giles, Tomás Rondan, Abri Suárez, Facundo Segovia, Ayrton Depardón, Mía Suárez, Daniel Reynoso, Isabela Latrónico Páez, Valentino Latronico Páez, Nicolino D’Agostino, Maira Páez, Antonella Mendoza, Sol Palacios y Carlos Arenales (a quinto kyu); Rosario Maidana y María Gómez (cuarto kyu); Elvira Silveyra D’Avila y Marta Villagra (primer kyu).
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