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Proyecto artístico colaborativo de escritura crítica

El Flasherito. Un diario sobre arte escrito y pensado para artistas

En el panorama de las artes visuales y plásticas de la Argentina, existen revistas especializadas en la cobertura de este tipo de eventos, a decir: Revista Magenta, Ramona, Ñ (posee una sección), y demás publicaciones como pueden ser los museos públicos y las galerías de arte privadas. En ese ecosistema de medios entra en juego El Flasherito, una publicación mensual en formato de periódico dedicada a cubrir el amplio panorama de las artes visuales mediante reseñas, textos y artículos críticos. Uno de sus editores dialogó con Mirador Provincial sobre los inicios de la revista, el complejo y variado panorama de las artes plásticas, y su futuro.
24-11-2021 | 10:26 |

Los tres fundadores de la publicación.
Foto:Gentileza.
Álvaro Javier Marrocco


El Flasherito es un proyecto artístico colaborativo de escritura crítica; una publicación en formato de periódico en papel y una web, dedicada a cubrir el panorama de las artes visuales en el país, mediante reseñas, textos y artículos críticos. La publicación apunta a generar nuevas voces y fomentar la discusión sobre temáticas que circulan en el campo de las artes visuales y que pocas veces tienen difusión hacia un público mayoritario. En ese sentido, El Flasherito tiene como objetivo tender puentes entre la crítica y los artistas hasta los lectores (tanto los iniciados como los neófitos) cumpliendo una función didáctica y de divulgación. El propósito final es generar una plataforma de diálogo dinámica que fomente la generación de un nuevo público que posea mejores herramientas para aproximarse a las producciones artísticas contemporáneas.

La revista digital cruza periodismo y performance, con la voluntad de crear un espacio de lectura crítica en la periferia. Este mapa de cruces entre diversos artistas, curadores, poetas, funciona como una declaración de principios, una estética de guerrilla en un panorama local, que incita, como una metáfora a debatir, negociar, observar y pensar desde otro lugar la realidad. El trabajo de El Flasherito se articula alrededor de una imperante necesidad de visibilizar la función social de la escritura. Un diario que aboga por una crítica viva, capaz de hacer conexiones disparatadas, de investigar, hacer preguntas y equivocarse. Que también sea capaz de circular sin pasaporte entre las fronteras de la escritura, la crítica como plataforma creativa, la ficción, el capricho, el juicio y la soltura.

Los fundadores de la publicación son Leo Estol, Andrés Aizicovich y Liv Schulman, tres artistas que -sumado a su actividad específica- desarrollan desde hace algunos años una práctica de la escritura, tanto en ficción y narrativa, como colaborando con textos de crítica artística para diversos medios, revistas y suplementos culturales. El equipo también suma a los editores de medios digitales y redes sociales: Pepo Scioli, Lenny Liffschitz y Sofía Reitter. Tienen un consejo editor integrado por Mariana Cerviño, Pablo Rosales, Marcela Sinclair, Alfredo «Piro» Jaramillo y Mara Pedrazzoli; y redactores en mesa chica: Lux Lindner, Imanol Subiela Salvo, Flor Cugat, Nicolás Maidana, así como un diseñador gráfico, Rubén Zerrizuela, y por último, dos ilustradores en planta permanente: Lino Divas y Muriel Bellini.

Consultado acerca de su surgimiento, uno de sus editores comentó que la publicación surgió originariamente en octubre de 2013, tras el cierre de la emblemática revista Ramona, un par de años antes. Era un momento donde no existían otras publicaciones dedicadas exclusivamente al campo de las artes visuales y todo recaía en las reseñas de suplementos culturales y algunos blogs. “El triunvirato fundador (Liv Schulman, Leopoldo Estol y Andrés Aizicovich) escribíamos y compartíamos entre nosotros nuestros textos, pensando ideas en torno a muestras, debates propios de nuestro campo, etcétera hasta que decidimos darle cuerpo a esas discusiones lanzando un periódico en formato papel para llenar ese vacío que detectábamos. El espíritu de la publicación siempre estuvo asociado a lo performático: ser periodistas vieja escuela, tipeando en máquinas de escribir Remington e ir corriendo a la imprenta con la última primicia. El formato del diario es una cita a los viejos formatos sábana y lo vendíamos persona a persona como canillitas, pregonando en las inauguraciones y eventos del arte. Cuando surgió la publicación considerábamos que el discurso sobre las artes visuales estaba muy tomado por voces provenientes de otros campos y que era hora de hacer un diario sobre arte escrito y pensado desde los artistas”.

-¿Por qué una revista de artes visuales?
-Los editores somos artistas, historiadores y gestores que, sumado a nuestra actividad específica, desarrollamos desde hace algunos años una práctica de la escritura, tanto en ficción y narrativa, como colaborando con textos de crítica artística para diversos medios, revistas y suplementos culturales. Sin embargo, consideramos que dichos suplementos no terminaban de dar cuenta de la efervescencia de nuestra escena y que era necesaria una publicación que se dedicara exclusivamente a los debates y discusiones de nuestro campo artístico. Es por esto que decidimos editar nuestro diario y publicarlo primordialmente en formato papel, ya que creemos que es una forma de cristalizar las ideas y de historizar en modos que los formatos digitales no pueden hacerlo.

Detectamos que existía una brecha entre una crítica que es meramente reseñística, descriptiva y acartonada en su escritura y un campo de discusiones más flexibles y arriesgadas que raramente llegaban a una arena más pública. El objetivo del Flasherito es hacer crítica, pero desde el arte, no desde la academia o la teoría. Una crítica que se embarre con los dilemas de su época y se cruce con cualquier otra disciplina. Nos interesa escribir desde el arte, por su potencialidad de transmutar, alterar concepciones anquilosadas, poner en duda los consensos, desbaratar certezas para abrir nuevas preguntas. Lo que acontece en el campo de la ficción altera la realidad, tiene una injerencia directa sobre lo que nos rodea. Dedicarse plenamente y entregarse en vida a algo que no necesariamente pueda capitalizarse es absolutamente liberador, ofrece acceso a un camino alternativo que privilegia el ensayo por sobre los resultados, los procesos por sobre los objetivos, la fuga por sobre los programas.

-¿Se plantearon hacer una revista federal o está limitada al AMBA?
-Desde el comienzo apuntamos a tener una cobertura federal, aunque entendemos que hay infinitas iniciativas que se escapan a nuestro radar, dado que editamos desde Buenos Aires. Tenemos muchos colaboradores regulares que nos envían textos desde Córdoba, Rosario, Tucumán, Mendoza y estamos siempre ávidos por ampliar nuestra red, aunque aún nos falta mayor alcance para poder proclamarnos como una revista federal. El año pasado, en plena pandemia, logramos editar nuestro número 18 impreso, el cual gracias a un acuerdo con Andreani logramos enviar de manera gratuita a todo el país. Recibir imágenes de lectores recibiendo nuestra publicación literalmente de Ushuaia a La Quiaca fue uno de los momentos más emotivos desde que fundamos el diario.

Mecenazgo y escritores
En relación a los artistas que suelen reseñar comentaron que tienen un abanico muy amplio de muestras, espacios y artistas que les interesan. “No escribimos necesariamente sobre lo que nos gusta, sino que a menudo exhibiciones u obras pueden ser potenciadoras de algunas ideas”. Privilegian valerse del arte para pensar más allá de los formatos de reseña o crítica de arte e indagar en cuestiones vinculadas a la política, la sociedad, urbanismo, etcétera.

También comentaron que varios artistas han escrito para su revista. “Escribimos y entrevistamos a muchísimos artistas, curadores, gestores culturales, coleccionistas y otros actores del arte en estos años, algunos muy reconocidos. Sin embargo, no es un objetivo de nuestra publicación apuntar a nombres o figuras rutilantes, que suelen tener espacio en otros medios, sino pensar de manera más transversal a toda la escena, desde los espacios legitimados a los autogestivos”.

Desde 2013 editaron 18 números impresos en papel y desde 2017 emplean una web que actualizan semanalmente. “En estos años recurrimos a diversas fuentes para financiarnos: publicidades de galerías de arte y librerías, obtuvimos algunos subsidios para proyectos culturales del Fondo Nacional de las Artes, Metropolitano, mecenazgo, etcétera, y recibimos aportes de nuestros lectores”. Siempre les resultó importante poder autosustentarse y poder pagar las colaboraciones, lo cual los llena de orgullo y es una de las directrices de su proyecto.

Redes sociales y proyectos
Emplean mucho las redes sociales, especialmente Instagram, Twitter, Facebook. “Estamos planeando un newsletter semanal para enviar por mail semanalmente”. Finalizando comentaron que les gustaría lanzar su vigésimo número en papel, sostener las actualizaciones semanales y abrir un canal de YouTube con producciones audiovisuales.

Contacto: http://flasherito.com.ar/



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