- ¿Fue un cimbronazo lo sucedido la semana pasada? - Sí, si bien a nosotros no nos sorprendió porque había una investigación en curso; estábamos esperando el momento oportuno para poder proceder y que se dieran las cuestiones pertinentes desde la investigación judicial. Hay que ser muy cautelosos para no comprometer la investigación. Pero sí, fue un hecho muy grave y no lo vamos a permitir. La gente espera de nosotros lo mejor y no es justamente esto.
- ¿Cuál fue la reacción de los jefes? - Lo tomaron de manera positiva; tanto a los jefes como a los oficiales de rango medio con quienes he conversado, les preocupa y los pone mal esta situación. Pero el entusiasmo y las ganas de seguir trabajando en pos de una institución noble, no se pierden. Aún así, este tipo de hechos repercute en sus sentimientos hacia una institución que se alimenta de la vocación de sus hombres y mujeres. Ésta es una situación negativa de la que han tomado debida nota, como también toman nota de la decisión de este gobierno de no tolerar estas conductas. Es más, la investigación la hicieron los propios policías.
- Usted dice que van a ser implacables ¿Qué van a hacer? - Vamos a actuar con la justicia para que cada uno tenga lo que le corresponda. A quien delinque, le corresponderá la cárcel. Si una persona viste el uniforme y procede de manera ilegal, debe ser tratada como un preso y será puesta a disposición de la justicia para que quede claro que si se actúa mal, pagará las consecuencias.
- ¿Cuál es su balance de gestión a dos meses de haber asumido? - No estoy todavía conforme con el funcionamiento del programa de entrenamiento y reentrenamiento del personal. He detectado algunas faltas sobre todo en el polígono de tiro. Insistí con eso; trato no de estar en todas partes, pero sí de supervisar y acompañar todas las actividades policiales siempre con un enfoque estratégico. Sé que los resultados esencialmente en lo que hace a la formación, se verán en el futuro. Eso es lo que queremos dejar; una institución fortalecida, entrenada, capacitada y que esté a la altura de las circunstancias. Porque se vienen tiempos muy difíciles. Esto no se termina con el esclarecimiento de un homicidio. Estamos viviendo una sociedad donde la agresividad está instalada y esto se exacerba en los barrios de mayor vulnerabilidad. Tenemos que dejar una policía entrenada, formada, fortalecida y equipada porque lo que se viene, insisto, va a ser tan complejo como lo que estamos viviendo ahora. Los funcionarios infieles son los menos; es grave. Pero con la policía que tenemos, si ajustamos algunos aspectos, se puede.