Se dice que el cuerpo humano es un mapa que, si se observa con detenimiento, puede dar las pistas exactas sobre las causas de la muerte. Cómo es el mundo de la medicina forense: Miguel Miñones, especialista en medicina orthomolecular y en mesoterapia, se refiere a este ámbito determinante que devela por qué murió una persona.
-"El cadáver siempre habla"...
-Para nosotros se traduciría como que, ante un cadáver que tenemos enfrente para autopsiar, debemos agudizar todos los sentidos para estar atentos a todas las señales cada vez que se presentan, porque un error nuestro se traduce en una falla a nivel judicial. Entonces es muy importante acá la preparación del perito que debe estudiar permanentemente, pues cada autopsia que hacemos es un examen que rendimos y de nosotros va a depender poder ayudar a la justicia a descubrir la verdad o no, y por ahí alguna señal que se nos pase inadvertida puede ser muy importante para el Poder Judicial. Entonces es una forma de mitificar que el cadáver habla, porque en realidad es una forma de que nosotros tengamos que estar atentos a todo lo que el cadáver presenta.
-¿En el arte de la pericia, cómo se traducen los fenómenos biológicos en lenguaje jurídico?
-El perito, con el tiempo, va estudiando y aprendiendo que ante los abogados, llámese defensores fiscales, jueces, tribunal o quien fuere, debemos manejar un idioma que sea totalmente entendible, mucho más ahora que hay juicios por jurados donde los que integran el jurado son personas del pueblo que no tienen ni siquiera nociones de derecho. Entonces tenemos que explicarles una forma muy básica, muy elemental, para que pueda entenderse. Uno se va acostumbrando a manejar el lenguaje, no médico, pero sí traducido a una forma fácil de entender.
Cadáveres de chicos
-¿Qué sensaciones lo perturban?
-Desde un comienzo, cuando empecé mi primeras autopsias hasta la fecha, después de 30 años, hay algo que quizás no digo que me perturba pero, porque uno como perito que se ha dedicado a autopsias en lo posible se disocia como quien dice y estás ante un cadáver, que si bien jurídicamente ya no es persona, para nosotros lo fue y lo que más me llegaba era el hecho de tener que hacer autopsia de chicos y mucho más aún de chicos maltratados. Eso realmente te perdura y no pasa con el tiempo, no lo superás. Lo aprendés a manejar, aprendés a cómo tener que interpretar las cosas y la compensación de eso es decir: "bueno, voy a hacer todo lo posible para llegar a la verdad para llegar a determinar cómo y por qué murió esta criatura", y de esa forma estoy ayudando a la justicia.