Un reactor de la fábrica Atanor, ubicada en San Nicolás -provincia de Buenos Aires-, explotó durante la madrugada de este miércoles. El episodio dejó un herido grave y, además, gran preocupación en la localidad que se encuentra a 70 kilómetros de Rosario debido a que el ambiente -según vecinos- se volvió irrespirable. La empresa es la principal productora de herbicidas en Latinoamérica.
La explosión se dio alrededor de las 3.30 en Rivadavia y Pombo, donde la empresa tiene su planta productora. Según explicaciones de la firma a través de comunicado, se produjo “un incremento de presión en el proceso de síntesis química de atrazina que generó la ruptura de la tapa del reactor afectado al proceso. Esto dio origen a un incendio en el sector de aminación de la planta, que requirió la intervención de los bomberos de San Nicolás y Ramallo”.
Por la explosión, hay un operario que se encuentra en grave estado por heridas provocadas por el derrame de ácido.
Encerrados
Desde este miércoles a la mañana, los vecinos de la zona estuvieron encerrados en sus hogares por pedido de los bomberos, sin luz y con mucha incertidumbre sobre qué pasó en la planta de la firma.
La situación se tornó complicada para los vecinos, ya que debían permanecer en sus hogares, sin energía eléctrica y con sensaciones térmicas altísimas.
Daño ambiental
Hace un año, Mirador Provincial publicó que en la localidad de San Nicolás, al límite de la provincia de Santa Fe, se dio lugar a un amparo ambiental que marcó un precedente en la lucha contra las empresas que originan daños ambientales.
La firma afectada fue Atanor, considerada la tercera productora de herbicidas más importante del mundo, a la cual se le realizaron denuncias desde hace más de diez años tanto por sus trabajadores como los vecinos y vecinas que conviven con ella en su localidad.
Estrictamente lo que hizo la Justicia de Ejecución Penal en 2023 fue darle lugar a un amparo ambiental por daño ambiental de incidencia colectiva. La empresa, que se ubica en el barrio Química, quedó en el ojo de la tormenta producto de estar anclada en una zona donde habrían fallecido personas en los últimos años a causa de la contaminación producida.
La compañía presuntamente vertía sus residuos tóxicos al río Paraná sin ningún tipo de tratamiento. No sólo eso, también enterraba los residuos peligrosos de manera ilegal.
“En un primer momento, tanto los trabajadores de la empresa como los vecinos del barrio denunciaban el manejo ilegal de la empresa y de sus residuos tóxicos. Denunciaban enterramientos, vuelcos al río, emisiones gaseosas, escapes gaseosos. Era percibido visualmente y por lo olores y, además, por su propia salud, porque empezaron a deteriorarse. También hubo fallecimientos en torno a esta industria química”, explicó oportunamente a Mirador Provincial el abogado de la Asociación Civil Cuenca Río Paraná, Fabián Maggi.
Esta causa se presentó hace nueve años y motivó la intervención de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) ante la pasividad del accionar de la Justicia.