El pasado jueves por la noche, un joven repartidor de comidas que trabaja para una aplicación sufrió un violento ataque mientras concluía su jornada laboral. El hecho ocurrió en Pasaje Leiva al 3800 de la ciudad de Santa Fe, donde un delincuente intentó robarle la bicicleta, su principal herramienta de trabajo.

Según relató Fernanda, representante de los cadetes de delivery, el incidente sucedió a las 23,15 hs cuando el joven se disponía a regresar a su casa tras dejar su último pedido. "Cuando se estaba subiendo a la bici, un ladrón lo abordó. Hubo un forcejeo y terminó golpeándolo en el rostro con un caño de gas", detalló.

El ataque dejó consecuencias graves: el repartidor sufrió una fractura en la mandíbula, desplazada cuatro centímetros hacia arriba y dos hacia adentro, además de un nervio cortado. Su situación requiere una intervención quirúrgica urgente para colocarle placas de platino, pero hasta el momento no ha recibido el apoyo necesario ni de la aseguradora de riesgos del trabajo (ART) ni del hospital.

Fernanda explicó que la ART de la aplicación no cubre lesiones como esta, ya que aparentemente solo contempla accidentes de tránsito. "Es algo grave porque no puede comer, hablar ni trabajar, lo que implica cero ingresos para su familia", lamentó. Actualmente, el joven se encuentra en su casa, sin fecha definida para la cirugía que necesita con urgencia.

Tenés que leer

Detuvieron a un hombre con pedido de captura internacional en Santa Fe

La lucha por una ley de protección

El ataque revive la preocupación de los repartidores por la falta de seguridad y apoyo en su labor diaria. Desde hace cuatro años, los deliverys impulsan un proyecto de ley que busca implementar herramientas como botones antipánico y GPS en sus vehículos. Estas medidas permitirían geolocalizar a los trabajadores en caso de peligro y facilitar la intervención policial.

"La Cámara de Senadores ya sancionó la ley hace dos semanas, pero ahora estamos esperando que el Ministerio de Seguridad o el gobernador Pullaro nos reciban para ajustar detalles y concretar su implementación", afirmó Fernanda.

El caso de este joven pone en evidencia los riesgos que enfrentan los repartidores y la urgencia de medidas que los protejan en un contexto de inseguridad creciente y falta de apoyo institucional.