Un nuevo hecho de inseguridad golpeó a la panadería La Nueva Estrella, ubicada en avenida Facundo Zuviría al 4300, en el corazón de barrio Escalante. Este miércoles al mediodía, un delincuente armado ingresó al comercio, amenazó a las empleadas y escapó con el dinero de la recaudación.
Sergio, propietario del local, relató los angustiantes momentos que vivieron:
"Esto ocurrió a las 12:05. Se bajó uno de la moto, por lo que tengo filmado. Eran dos, habían dado un par de vueltas a la cuadra antes de entrar. Apenas ingresó, encaró a una de las vendedoras. Yo me di cuenta al instante. Calculo que si entraba tres segundos antes, me pegaba un tiro a mí", dijo.
"El ladrón estaba re nervioso, el revólver se le movía para todos lados. Asustaron a las chicas con el arma y las amenazaron, les decían: 'Dame la plata, dame la plata', 'quedate ahí, te vamos a matar'... lo mismo de siempre", reflexionó.
Según su testimonio, uno de los delincuentes se quedó en la puerta y otro aguardaba en moto cerca de una escuela ubicada en la misma cuadra. Tras hacerse con el dinero, escaparon rápidamente.
"Ya perdí la cuenta de las veces que nos han robado", dijo el propietario del comercio.
El mismo horror, otra vez
El comerciante aseguró que una de las clientas presentes en el momento del asalto era la misma mujer que, en 2021, fue testigo del brutal ataque en el que su hijo fue apuñalado por un ladrón en la panadería. "Es increíble la coincidencia", remarcó con asombro.
Respecto a si pensaba tomar alguna medida, sostuvo que "estábamos pensando en cerrar a la hora de la siesta, pero me di cuenta que no sirve de nada. Mirá la hora en que me asaltaron hoy… Me hubiesen robado igual. No hay manera de defenderse. Estos tipos no tienen horario. Ya perdí la cuenta de las veces que pasé por esto", expresó, con evidente cansancio y angustia.
El hecho se suma a una seguidilla de episodios de inseguridad que afectan a los comerciantes de la zona y reaviva el reclamo de mayor presencia policial.
Mientras la policía analiza las cámaras de seguridad en busca de identificar a los delincuentes, Sergio, como tantos otros comerciantes santafesinos, solo espera algo de tranquilidad: "Ahora necesito descansar. No voy a poder dormir, pero al menos hacer descansar mi cabeza", culminó.