Hugo Castoldi y Víctor Hugo Brunengo evocaron su hito de hace cinco décadas y arrancaron aplausos de la concurrencia.
Texto y fotos: Luis Gómez
[email protected]
Una fecha cara a los sentimientos del remo de Entre Ríos tuvo su remembranza este sábado 16 de octubre. Protagonistas, familiares y allegados celebraron los 50 años del logro del primer Campeonato Argentino –organizado por la Asociación Argentina de Remeros Aficionados (Aara)– obtenido por un bote de conjunto del Paraná Rowing Club (PRC).
La conmemoración de aquella histórica conquista del ocho con timonel (8+) tuvo lugar en la institución Albiceleste y la convocatoria se aprovechó para presentar otro logro de la familia remera: la reinauguración de la pileta de remo. La estructura permitirá que sus practicantes entrenen aspectos técnicos y puedan realizar sus sesiones cuando las condiciones climáticas impidan hacerlo en el río.
Dos de los integrantes de la tripulación agasajada fueron los protagonistas centrales de la reunión, que tuvo una primera convocatoria en la sede principal del PRC y luego se trasladó a la ribera, desde donde se siguió un pasaje del actual bote de 8+ y un almuerzo de camaradería hizo honor a otro de los rituales remeros.
Inolvidable
Aquel sábado 16 de octubre de 1971, nueve juveniles paranaenses consolidaron su dominio a escala país logrando el Campeonato Argentino de la categoría Cadete. Fue ni más ni menos que en la prueba emblemática de este deporte: la de ocho remos con timonel.
Este jalón para la actividad remera entrerriana tuvo lugar en Paraná, sede de la reunión nacional, ante un marco de público que pobló la Costanera y festejó la conquista con una ovación sin precedentes ni repeticiones.
En orden, Gustavo Zuqui, Marcos Freiberg, Carlos Amaya, Humberto Magnano, Víctor Brunengo, Oscar Castoldi, Rubén Moreyra y Hugo Castoldi; más el timonel Raúl Krasuk (Diego Amaya fue suplente), ocuparon posiciones en la “Gobernador Maya” que, aunque diera ventajas ante botes más modernos, se comportó con fidelidad y los llevó a la gloria.
Esa misma tripulación permaneció invicta en competencias oficiales de la Aara por 20 regatas hasta 1974 y su predominio fue tal que en varias ocasiones sus rivales desistieron de medirse por temor al ridículo.
Cincuentenario
“Hoy queremos saludar especialmente a quienes compitieron aquel sábado 16 de octubre de 1971, que significó un hito para nuestro club, nuestra querida Paraná y nuestro deporte”, expresó Viviana Aguilar, vicepresidenta de la subcomisión de Remo del PRC, al repasar la gesta.
“Ese día, después de un arduo e inagotable trabajo de un grupo de dirigentes, logramos vencer el aislamiento geográfico y deportivo, y finalmente pudimos convertirnos en un mojón en la grilla nacional de regatas, y nuestra cancha en la margen izquierda del río Paraná vivió a pleno una fiesta que merece ser repetida”, continuó leyendo el texto –redactado por Gustavo Sánchez Romero, autor del libro Cien Años de Historia del Paraná Rowing Club–.
“No es casualidad ni aleatoria que la subcomisión de Remo haya decidido reinaugurar esta pileta en el día de hoy, sábado 16 de octubre de 2021. A 50 años de ese momento imborrable cuando el Paraná Rowing Club inscribió definitivamente su nombre en las páginas gloriosas del remo nacional, sin perjuicio de los grandes valores que aportamos las décadas previas”, fueron las palabras seguidas, que dieron paso al segundo motivo de la reunión.
Legado
Previo a esto, en representación del glorioso 8+, Hugo Castoldi y Víctor Hugo Brunengo ya habían recibido felicitaciones, aplausos y rememoraron anécdotas. Y habían arrancado efusivos aplausos al ubicarse en los carros, calzarse los pedalines y empezar a remar, en un ejemplo de transmisión de estilo de vida hacia las nuevas generaciones, que también probaron la novedosa (para ellos) obra.
“En esta pileta de entrenamiento se fundieron cuerpo y alma decenas de jóvenes deportistas… se forjó el espíritu deportivo de quienes salen al río con temperaturas bajo cero o con calores sofocantes. Aquí también (…) nos convertimos en deportistas, en hombres de río, en personas de bien que aprendemos que nada se puede hacer sin esfuerzo, que todo trabajo tiene su premio al final del día y que, más allá de los logros deportivos. Lo que está en juego en el remo es ese espíritu inquebrantable que nos acompaña hasta el último de los días”, se destacó finalmente, ante la atención de la concurrencia, que siguió con atención las reacciones de los agasajados.
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Una fecha cara a los sentimientos del remo de Entre Ríos tuvo su remembranza este sábado 16 de octubre. Protagonistas, familiares y allegados celebraron los 50 años del logro del primer Campeonato Argentino –organizado por la Asociación Argentina de Remeros Aficionados (Aara)– obtenido por un bote de conjunto del Paraná Rowing Club (PRC).
La conmemoración de aquella histórica conquista del ocho con timonel (8+) tuvo lugar en la institución Albiceleste y la convocatoria se aprovechó para presentar otro logro de la familia remera: la reinauguración de la pileta de remo. La estructura permitirá que sus practicantes entrenen aspectos técnicos y puedan realizar sus sesiones cuando las condiciones climáticas impidan hacerlo en el río.
Dos de los integrantes de la tripulación agasajada fueron los protagonistas centrales de la reunión, que tuvo una primera convocatoria en la sede principal del PRC y luego se trasladó a la ribera, desde donde se siguió un pasaje del actual bote de 8+ y un almuerzo de camaradería hizo honor a otro de los rituales remeros.
Inolvidable
Aquel sábado 16 de octubre de 1971, nueve juveniles paranaenses consolidaron su dominio a escala país logrando el Campeonato Argentino de la categoría Cadete. Fue ni más ni menos que en la prueba emblemática de este deporte: la de ocho remos con timonel.
Este jalón para la actividad remera entrerriana tuvo lugar en Paraná, sede de la reunión nacional, ante un marco de público que pobló la Costanera y festejó la conquista con una ovación sin precedentes ni repeticiones.
En orden, Gustavo Zuqui, Marcos Freiberg, Carlos Amaya, Humberto Magnano, Víctor Brunengo, Oscar Castoldi, Rubén Moreyra y Hugo Castoldi; más el timonel Raúl Krasuk (Diego Amaya fue suplente), ocuparon posiciones en la “Gobernador Maya” que, aunque diera ventajas ante botes más modernos, se comportó con fidelidad y los llevó a la gloria.
Esa misma tripulación permaneció invicta en competencias oficiales de la Aara por 20 regatas hasta 1974 y su predominio fue tal que en varias ocasiones sus rivales desistieron de medirse por temor al ridículo.
Cincuentenario
“Hoy queremos saludar especialmente a quienes compitieron aquel sábado 16 de octubre de 1971, que significó un hito para nuestro club, nuestra querida Paraná y nuestro deporte”, expresó Viviana Aguilar, vicepresidenta de la subcomisión de Remo del PRC, al repasar la gesta.
“Ese día, después de un arduo e inagotable trabajo de un grupo de dirigentes, logramos vencer el aislamiento geográfico y deportivo, y finalmente pudimos convertirnos en un mojón en la grilla nacional de regatas, y nuestra cancha en la margen izquierda del río Paraná vivió a pleno una fiesta que merece ser repetida”, continuó leyendo el texto –redactado por Gustavo Sánchez Romero, autor del libro Cien Años de Historia del Paraná Rowing Club–.
“No es casualidad ni aleatoria que la subcomisión de Remo haya decidido reinaugurar esta pileta en el día de hoy, sábado 16 de octubre de 2021. A 50 años de ese momento imborrable cuando el Paraná Rowing Club inscribió definitivamente su nombre en las páginas gloriosas del remo nacional, sin perjuicio de los grandes valores que aportamos las décadas previas”, fueron las palabras seguidas, que dieron paso al segundo motivo de la reunión.
Legado
Previo a esto, en representación del glorioso 8+, Hugo Castoldi y Víctor Hugo Brunengo ya habían recibido felicitaciones, aplausos y rememoraron anécdotas. Y habían arrancado efusivos aplausos al ubicarse en los carros, calzarse los pedalines y empezar a remar, en un ejemplo de transmisión de estilo de vida hacia las nuevas generaciones, que también probaron la novedosa (para ellos) obra.
“En esta pileta de entrenamiento se fundieron cuerpo y alma decenas de jóvenes deportistas… se forjó el espíritu deportivo de quienes salen al río con temperaturas bajo cero o con calores sofocantes. Aquí también (…) nos convertimos en deportistas, en hombres de río, en personas de bien que aprendemos que nada se puede hacer sin esfuerzo, que todo trabajo tiene su premio al final del día y que, más allá de los logros deportivos. Lo que está en juego en el remo es ese espíritu inquebrantable que nos acompaña hasta el último de los días”, se destacó finalmente, ante la atención de la concurrencia, que siguió con atención las reacciones de los agasajados.
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