Ignacio Pellizzón [email protected]


Cómo hacer para levantar un sistema de colectivos que en semanas pasó de tener 450 mil pasajeros a menos de 100 mil y que, para evitar la quiebra, sufrió un recorte económico en torno al 50% -entre unidades y gastos- y no morir en el intento. Ése es el desafío que tiene Rosario por delante.

La crisis de movilidad en la ciudad no es de ahora. Los problemas nacieron previo a la pandemia, aunque el Covid los profundizó. Con una marcada caída de contagios, que llegó a bajar hasta un 90% en una semana, y con la mayoría de las actividades reiniciadas, restando las clases presenciales –si es que se resuelve conflicto salarial gremial-, Rosario volvió a latir y, con este pulso, reflotaron viejos problemas.

El modelo del sistema de colectivos tiene por delante el gran desafío de no estrellarse. Así como el coronavirus provocó que el 80% de los usuarios se bajaran del ómnibus, recortando a la mitad la recaudación para sostener el servicio, ahora, probablemente, se repita la misma situación, pero a la inversa.

Para que el Intendente, Pablo Javkin, pudiera margen de maniobra durante los peores meses de la pandemia, el Concejo aprobó la Emergencia en el Transporte. Esto le permitió barajar y dar de nuevo las licitaciones de las empresas Rosario Bus, El Cacique y Movi –estatal- para rearmar el esquema a un modelo apto pandemia.

Quitar unidades de circulación, agrupar líneas para achicar recorridos, modificar paradas para rearmar circuitos, congelar aumento de boleto y presionar para recibir más subsidios de Provincia, pero fundamentalmente de Nación, obtuvo sus resultados.

El sistema se redujo, los gastos se recortaron y todo parecía fluir. La Emergencia tuvo el ok del Palacio Vasallo por un lapso de 24 meses (hasta diciembre 2022) o si se alcanzaba un nivel de demanda de pasajeros igual o superior al 90% previo al Covid.

Y esto, prácticamente, pasó. Según el Observatorio del Transporte, que difundió la concejala peronista Silvana Teisa, actualmente hay una demanda creciente que llega al 84%. Es que, como era de esperar, de la noche a la mañana, una multitud de personas salieron a las calles en busca de tomarse el colectivo. Allí comenzaron las quejas.

Para poder subirse a una unidad, ahora tienen que caminar más, esperar más tiempo, pagar un boleto más caro, porque aumentó casi un 20% y cuesta $ 59,35 pesos, ingeniárselas para poder cargar la tarjeta MOVI, porque las boquillas de expendio siguen sin operar y soportar viajes que antes duraban 15 minutos y ahora superan la media hora, según el tránsito.

Las buenas
Más subsidios. Las buenas señales que llegaron desde Nación, es que aumentaron los subsidios para el transporte para las provincias, lo que significan unos 1.300 millones de pesos más para Santa Fe, de los cuales Rosario recibirá una buena tajada.

Sin un presupuesto nacional 2022, se está negociando el traspaso del servicio de colectivos a CABA y una importante reducción de subsidios a la comuna, la cual, hoy en día, tiene el costo del boleto más barato del país rondando los 18 pesos, mientras que en las provincias cuesta entre 60 y 70 pesos un ticket.

Tarjeta Sube. Para poder ejecutarse este subsidio, Rosario deberá incorporar la tarjeta Sube, teniendo que reemplazar la Movi, la cual está muy conectada con otros sistemas como Mi Bici, Tu Bici, estacionamiento medido, entre otros.

La intención es incorporarla este año y para ello, en la sesión del Concejo de este jueves, se votó una resolución por la que se determina que el Palacio Vasallo "promoverá ámbitos de encuentro, trabajo y articulación entre los diferentes niveles del Estado para poner a disposición de la ciudadanía la información necesaria para atravesar el período de transición del actual sistema Movi al sistema Sube".

La Sube está pensada para que todo el país pueda movilizarse con una sola tarjeta, la cual, de algún modo, garantiza que los recursos del Estado destinados a subsidiar el boleto lleguen de forma directa al usuario. Además, trabaja con un sistema que promueve la transparencia de los recursos, entre otras ventajas.

Más coches. Otro hecho positivo a destacar, es que el Intendente anunció que se incorporarán en marzo al sistema de colectivos 140 unidades más, en el marco del inicio de clases presenciales.

Nueva funcionaria. No sólo eso. También asumió una nueva secretaria de Transporte, Nerina Manganelli, quien se desempeñaba como gerenta general del Ente de la Movilidad, ¿otra muestra de cambio?

La egresada de la Facultad de Ciencias Económicas y Estadística de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), reemplaza a Eva Jokanovich, quien, carta mediante, indicó que se alejaba de la función para poder cursar una maestría en España. Ahora, con Manganelli, se espera un perfil mucho más técnico desde el área.

Boleto nocturno. Otra iniciativa que pretende mejorar el sistema, es el proyecto de la concejala oficialista Nadia Amalevi (partido CREO), que se denomina "Boleto Único Nocturno". Fue aprobado este jueves y consiste en la ampliación de la ventana horaria para realizar transbordos durante la noche.

Básicamente, permite que cualquier persona que pague un pasaje de colectivo después de las 0 horas puede realizar trasbordos gratuitos sin límites de tiempo hasta las 6 de la mañana, tanto en ómnibus como en bicicletas públicas.

La intención es beneficiar, principalmente, a quienes tienen que trabajar en un horario nocturno. Pero, también, es un modo de fomentar que las personas se muevan de noche en tiempos donde la ciudad se apaga tras la caída del sol.

Tren de cercanía. Una de mayor porte y muy positiva, aunque se retrasó más de lo esperado, es la puesta en marcha del tren Rosario-Cañada de Gómez. El secretario de Transporte de la Nación, Diego Giuliano, contó que se reprogramó la fecha del viaje experimental de diciembre al mes de marzo.

El servicio previsto, una vez que esté funcionando de forma completa, consiste en una frecuencia de dos viajes diarios de lunes a viernes. Se estima que el trayecto, en principio, se cubrirá en dos horas y media, con paradas en Cañada de Gómez, Correa, Carcarañá, San Jerónimo, Roldán, Funes, Antártida Argentina y Rosario.

Se trata de un plan nacional de modernización ferroviaria por fuera de Ciudad de Buenos Aires. El objetivo, según informó el funcionario, también es reducir unas dos horas el tiempo que lleva el trayecto en tren de Rosario a Buenos Aires, que hoy es de ocho horas.

Esto sucede en el marco de un boom de ventas de pasajes de tren a Retiro desde la estación Apeadero Sur. Durante el 2021, se detectó un aumento de la demanda de pasajes cercano al 30%. Mientras viajar en colectivo cuesta unos 2.300 pesos, en tren el boleto no supera los 300 pesos.

Más chapas de taxis. Otro punto a destacar en materia de Movilidad, es la aprobación para incorporar 500 nuevas chapas de taxis, de las cuales la mitad serán para mujeres. La preocupante falta de coches en la ciudad, sobre todo en la semana de las Fiestas, fue la gota que rebalsó el vaso.

Los gremios lograron el objetivo de aumentar la tarifa un 25%, uno de los motivos que argumentaban por la falta de autos, sumado a que muchos conductores y conductoras se alejaron del rubro por el parate en la pandemia, y el Ejecutivo pudo avanzar en lanzar la convocatoria.

Son más de 1.200 las solicitudes para una nueva licencia que se están registrando y hay otras 98 para remís. En total son 1.300 postulantes, lo que fue calificado como "exitosa" por parte del municipio. El plazo de inscripción expira el 11 de marzo, lo que implica que habrá competencia a la hora de elegir los nuevos adjudicatarios del servicio público.

Las bajas
Accesos trabados. Aunque Funes anunció una inversión de más de 90 millones de pesos para la construcción de una rama de salida de la autopista Rosario-Córdoba, para descomprimir los accesos, todavía hay mucho camino por recorrer.

Lo que sí precipitó la pandemia fue el éxodo de ciudadanos y ciudadanas hacia localidades vecinas como Funes, Roldán, Pueblo Esther, entre otras. La idea de un espacio amplio y con verde, que ya se venía produciendo, se aceleró tras los meses de encierro. Pero la demanda superó la oferta y es un conflicto en puerta.

Pese a la migración rosarina, una inmensa mayoría todavía sigue trabajando en la ciudad. Esto conlleva a que las personas deban trasladase en auto ante la falta de servicios públicos eficientes y veloces que permitan descomprimir los accesos a Rosario.

Aumento de autos. Muchas familias tuvieron que invertir en un auto más para poder lograr una cierta independencia, lo que agravó aún más el colapso del parque automotor que sufre la urbe. La cantidad de vehículos que circulan diariamente prácticamente parecieran no encajar en las calles.

Previo al Covid, un informe oficial arrojaba que la cantidad de autos en Rosario entre 2007 y 2017 había aumentado un 66%. La abultada cifra arrojaba que había más de 700 mil coches registrados, lo que permitía fácilmente hacer el cálculo de que había, por lo menos, un auto por persona.

Con datos más actualizados, un informe de la consultora P&G, de Pablo Olivares y Gonzalo Saglione, da cuenta de que en la provincia de Santa Fe se registraron en todo el 2021 un total de 37.108 autos. Aunque lejos está del pico registrado en 2017, con una suma de 74.199 patentamientos, los números al cuantificarlos en vehículos circulando se notan y mucho.

Un proyecto trabado. Esto reavivó la discusión sobre la construcción de cocheras subterráneas. Un proyecto que siempre tuvo intenciones de avanzar, pero que siempre se vio frustrado. La necesidad de poder acomodar el parque automotor es clave para disminuir los índices de accidentes y de violencia que se vislumbran en las calles.

Otra iniciativa truncada. Otra propuesta para alivianar la Movilidad en la ciudad que quedó trunca, es el proyecto de Transporte Fluvial. El ambicioso proyecto parecía estar listo para entrar al ruedo, pero de la noche a la mañana no hubo más información al respecto y la iniciativa pareciera perderse en el rincón de los deseos.

Desde el año 2015 que se venía impulsando el proyecto que consistía en unir a Rosario con el resto del cordón industrial (San Lorenzo, Puerto San Martín, etc) a través de un transporte fluvial que utilizara una ruta provincial del río Paraná.

La idea tomó tanta fuerza que avanzó al punto de concesionarse el servicio a una empresa denominada "Ríobus" para que se hiciera cargo de instalar las embarcaciones y organizar los recorridos, por lo menos cuatro veces al día entre Rosario y el resto de las ciudades.

Iba a ser un sistema que no estaba apuntado al turista, sino a aquellos que se transportaran diariamente por trabajo.

Se trataba de una embarcación de alta velocidad, encargada para su armado a un astillero en Tigre. Estaría hecho de fibra de vidrio con dos motores, equipos de aire acondicionado y calefacción, radares y estrictas normas de seguridad.

Este, también, es otro proyecto que se quedó en la puerta de la realidad. En 2018 parecía que iba a lanzarse la inauguración con bombos y platillos, pero finalmente quedó en la nada misma, esperando que se pueda reanudar la iniciativa y colabore de forma alternativa a mejorar la movilidad de los ciudadanos.