Ignacio Pellizzón


Nunca la felicidad es completa. Siempre que haya crecimiento, algo va a faltar. Esto es lo que le sucede al sector de la construcción, que, al mismo tiempo que se sonríen por los índices de recuperación que exponen los organismos estatales como privados, están con los puños apretados por retrasos en entrega de materiales, aumentos de costos superiores a la inflación y el fantasma de un posible desabastecimiento.

En ciudades como Rosario es visible la actividad. Se ven en plena construcción edificios privados como obra pública. Después de casi dos años de silencio absoluto por el freno económico que impuso la pandemia, la ciudad volvió a tener los ruidos habituales que genera la construcción.

Solamente a modo de ejemplo, entre enero y febrero, se autorizó para edificación un 20,7% más, respecto al mismo período del año anterior. Y solamente en el mes pasado, se permitió la construcción de 222 nuevos inmuebles, lo que representa un aumento del 7,3%, si se lo compara con febrero 2021.

Los datos se desprenden del informe "Situación y evolución del trabajo registrado", publicado esta semana por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, que toma como fuente de información al Sistema Integrado Previsional Argentino.

Rubén Llenas, gerente de la Cámara Argentina de la Construcción de Rosario, contó a Mirador Provincial que “la construcción viene en recuperación” y “nuestro indicador marca que desde hace 14 meses consecutivos hay suba y, además, terminamos el año con un acumulado del 30, 8% de crecimiento respecto de 2021”.

Pero Llenas aclaró: “No es un crecimiento, sino recuperación de la industria de la construcción, que viene emparentando con la industria como tal. Están yendo por un mismo sendero, según Indec. Esto coincide con lo que marcan los privados, como el Índice Construya –en base a 11 empresas fabricantes de insumos- marcan variación acumulada en 2021 del 27,20%”.

A su vez, la provincia de Santa Fe finalizó diciembre de 2021 con un total de 501.924 trabajadores asalariados registrados, lo que implica un crecimiento del 3,98% respecto del mismo mes del año anterior.

El gerente sumó que uno de los principales insumos, que es el cemento, que es indicador de obra pública y privada, tuvo más de 1.100.000 ventas mensual, lo cual es un gran número de referencia.

“La recuperación del empleo registrado alcanzó los 367 mil a diciembre de 2021”. Es una recuperación de “más de 120 mil obreros”. Antes de la pandemia, “ya habíamos perdido casi 100 mil empleos por la mala política de obra pública, también durante la pandemia se perdieron 40 mil”. “Con lo cual, en los últimos 12 meses se recuperó el empleo y estamos mejor que antes de la pandemia”.

Aunque todo pareciera ir viento en popa, no todo es color de rosa. Los materiales esenciales para que toda la rueda siga girando empiezan a escasear. Los retrasos se hacen cada vez más constantes. Y no solo eso, los precios se están yendo por las nubes, aún más allá de la inflación. El temor de que el desabastecimiento crezca y paralice la actividad, se hace cada día más fuerte.

Llena admitió que “hay malestar por la suba de los costos de los insumos. Solamente el año pasado “fue de un 64% aproximadamente”, superior a la inflación, es decir, “unos 12 punto por encima de cualquier insumo de la economía en general”. Los insumos están aumentando mucho más que la inflación en general “y es muy preocupante”.

Se suma a esto que la provisión no es rápida, “hay demora de 10, 15, 30 días” de materiales. Es algo que también genera alerta en el sector, porque si sigue creciendo la demanda, seguramente “se va a agravar” la entrega de materiales. “Esto está hablado en todos los niveles y están al tanto, pero no le vemos una solución cercana”, expresó.

Esto sucede por varios factores, que son muy complejos. “Veníamos desde el 2017 con 25 meses de baja consecutiva en la construcción. Los fabricantes tuvieron que achicar planta, bajaron su capacidad de producción, obviamente”

Cuando comenzó a recuperarse el sector, se encontraron con un cuellos de botella. Entonces empezaron a abrir plantas, a buscar personal –algo que no es sencillo-. Al mismo tiempo, aumentaron los contagios de covid y hubo empresas con más del 60% de la plantilla aislados. “Es un problema estructural”.

Ahora, de a poco, “se va recuperando”. Hay que sumarle que “los titulares de las empresas están alertas por si vuelven a aumentar los casos de coronavirus”. También, “si hay un gobierno que toma medidas que los perjudiquen o si asume otra gestión que pueda cambiar las reglas del juego”. Están muy precavidos. Por eso, es un mix de cosas.

En conclusión, “el primer trimestre es positivo y las expectativas de cara al primer semestre del 2022, somos muy optimistas”, cerró Llenas.