Foto:Gentileza.
Lucía Dozo
Hasta el 23 de diciembre se exhibe en el hall central del Centro Cultural Roberto Fontanarrosa (ubicado en San Martín y San Luis), la muestra “Carlos Páez Vilaró. El pintor del medio del río”. Está integrada por obras de gran porte realizadas en acrílico sobre tela entre los años 2007 y 2013. Fue organizada por el Museo Casapueblo de Uruguay y el Centro Cultural Fontanarrosa, dependiente de la Secretaría de Cultura y Educación municipal; además, es auspiciada por Fundación San Cristóbal. Las visitas, con entrada gratuita, pueden realizarse de martes a domingos, de 14 a 19.
El nombre de la exhibición está tomado de una declaración hecha oportunamente por el artista, según se señala en el catálogo: "Los hijos para mí son la prolongación, son la fuerza. Tengo tres hijos uruguayos y tres hijos argentinos, lo que confirma al mismo tiempo mi amor por Argentina y Uruguay. O sea que siempre soy pintor del medio del río". A partir del año 1970, Páez Vilaró (Montevideo, 1923 - Punta Ballena, 2014) vivió alternadamente en Uruguay, Brasil y Estados Unidos. Años más tarde instaló su taller en Buenos Aires, donde vivió catorce años. Durante ese lapso creó esculturas, pinturas y también ediciones literarias. Su atelier argentino se ubicó en una antigua casa de madera en el Tigre y, en la práctica, se convirtió en una prolongación de su estudio en Uruguay. Su autodefinición de “pintor del medio del río” fue confirmada en 1997 al dividir formalmente su actividad entre sus dos talleres de Argentina y Uruguay. De esta forma dedicó la nueva etapa a cumplir con compromisos internacionales, realizando exposiciones retrospectivas en la Biblioteca Nacional de Pekín, en el Opera House de El Cairo y en el Palacio de la Creatividad en Alejandría, invitado respectivamente por los gobiernos de China y Egipto.
Durante la inauguración de la actual muestra en el Fontanarrosa, el 17 de noviembre, estuvo presente Florencio Páez, director del Museo
Casapueblo e hijo del artista uruguayo, quien dio una charla sobre vida y obra de su padre. Se proyectó, además, el audiovisual “Arte y
aventura”, a partir de las creaciones artísticas de Páez Vilaró, sus viajes y el proceso de construcción de Casapueblo.
Sobre Páez Vilaró
Carlos Páez Vilaró nació en Montevideo el 1ro. de noviembre de 1923. Fue autodidacta: tomó del paisaje y de diferentes culturas (fue un gran viajero) todo aquello que lo impactó para poder desarrollar su prolífica obra. Una de sus preocupaciones fue que su pintura saliera de los circuitos tradicionales y por eso la exhibió, en general a través de murales, en espacios como aeropuertos, hoteles, hospitales y otros
edificios públicos. En su juventud viajó a Buenos Aires, donde se vinculó al medio de las artes gráficas y conoció a destacados dibujantes de la época. A partir del tango y del ambiente nocturno de bares y cabaret inició su carrera artística; muchos de esos temas siguieron presentes en su obra en etapas posteriores. A fines de la década del '40 regresó a Montevideo y se vio motivado por el candombe. Se vinculó estrechamente a la vida del famoso conventillo Mediomundo, donde instaló su atelier. Además de pintar, desarrolló su interés por la escritura componiendo candombes para las comparsas; también dirigió coros y decoró tambores. Interesado por el tema de la negritud, viajó a Brasil. Desde allí inició un largo periplo por Senegal, Liberia, Congo, Camerún y Nigeria, en el contexto de las luchas de liberación en África. A partir de ese contacto, realizó exposiciones y murales en adhesión a ese ideario y su pintura se enriqueció con la influencia del arte africano a
través de la presencia significativa de la máscara, el fetiche, el escudo y el grafismo.
En la década del '50, en su peregrinaje europeo, conoció en sus talleres a grandes artistas como Salvador Dalí, Giorgio de Chirico y el
escultor Alexander Calder. Pablo Picasso lo invitó a su residencia- taller de Villa California en Cannes, en los Alpes marítimos. Después
de estas experiencias, regresó a Uruguay. En esos años, Jean Cassou, director del Museo de Arte Moderno de París, lo invitó a
presentar su obra en la Maison de l’Amérique Latine; a partir de la repercusión obtenida, la misma se exhibió en Inglaterra y Estados
Unidos. Guiado por su espíritu de investigación y aventura, recorrió después las islas de los Mares del Sur pintando, escribiendo y filmando. Formó parte de la expedición francesa Dahlia que realizó en África el documental “Batouk”, dirigido por Jean-Jacques Manigot y
exhibido en la sección oficial, fuera de concurso, del Festival de Cannes en 1967. El filme evoca la historia de África, del colonialismo a
la independencia, y Páez Vilaró fue su guionista junto a Aimé Césaire y Leopold Senghor.
A su regreso a su país natal en 1969, el multifacético artista continuó las obras de Casapueblo, ubicada sobre los acantilados rocosos de
Punta Ballena. A lo largo de los años y con su presencia, el Museo-Taller de Casapueblo se vio impulsado, recibiendo delegaciones
internacionales, estudiantes y turistas de todas partes del mundo. En el año 1972 vivió una dramática historia personal: el avión en el que
viajaba su hijo Carlos desapareció en la Cordillera de los Andes y, luego de setenta días de búsqueda, fue rescatado en lo que se conoció como “la tragedia de los Andes”. En retribución a la solidaridad recibida por el pueblo chileno, pintó un mural en el hospital de Santiago. Años más tarde se radicó en Nueva York y allí realizó una serie de obras y collages en los que utilizó todo tipo de materiales encontrados en la vía pública. Falleció en Casapueblo, el 24 de febrero de 2014. Fue despedido con honores de Estado.
El Centro Cultural Fontanarrosa
El Centro Cultural Roberto Fontanarrosa (cuyo nombre anterior fue Bernardino Rivadavia y, en el año 2012, cinco años después de la muerte del dibujante y escritor rosarino, fue cambiado por la denominación actual), cuenta entre sus principales actividades la difusión de las artes visuales, la música, el teatro, el cine y la literatura, a través de sus distintas expresiones. Funciona como centro de congresos y convenciones, ya que allí se llevan a cabo regularmente encuentros, seminarios, congresos y exposiciones sobre variadas temáticas. En el mes de septiembre fue sede de la Feria Internacional del Libro de Rosario, en su primera edición posterior al receso por la pandemia. Las salas que integran el complejo llevan el nombre de destacados artistas y personalidades de la ciudad: Augusto Schiavoni, Olga Cossettini, Alcides Greca, Irma Peyrano, Edgar Spinassi, Leónidas Gambartes e Hilarión Hernández Larguía. La actual muestra “Carlos Páez Vilaró. El pintor del medio del río” se exhibe en el hall central.
Hasta el 23 de diciembre se exhibe en el hall central del Centro Cultural Roberto Fontanarrosa (ubicado en San Martín y San Luis), la muestra “Carlos Páez Vilaró. El pintor del medio del río”. Está integrada por obras de gran porte realizadas en acrílico sobre tela entre los años 2007 y 2013. Fue organizada por el Museo Casapueblo de Uruguay y el Centro Cultural Fontanarrosa, dependiente de la Secretaría de Cultura y Educación municipal; además, es auspiciada por Fundación San Cristóbal. Las visitas, con entrada gratuita, pueden realizarse de martes a domingos, de 14 a 19.
El nombre de la exhibición está tomado de una declaración hecha oportunamente por el artista, según se señala en el catálogo: "Los hijos para mí son la prolongación, son la fuerza. Tengo tres hijos uruguayos y tres hijos argentinos, lo que confirma al mismo tiempo mi amor por Argentina y Uruguay. O sea que siempre soy pintor del medio del río". A partir del año 1970, Páez Vilaró (Montevideo, 1923 - Punta Ballena, 2014) vivió alternadamente en Uruguay, Brasil y Estados Unidos. Años más tarde instaló su taller en Buenos Aires, donde vivió catorce años. Durante ese lapso creó esculturas, pinturas y también ediciones literarias. Su atelier argentino se ubicó en una antigua casa de madera en el Tigre y, en la práctica, se convirtió en una prolongación de su estudio en Uruguay. Su autodefinición de “pintor del medio del río” fue confirmada en 1997 al dividir formalmente su actividad entre sus dos talleres de Argentina y Uruguay. De esta forma dedicó la nueva etapa a cumplir con compromisos internacionales, realizando exposiciones retrospectivas en la Biblioteca Nacional de Pekín, en el Opera House de El Cairo y en el Palacio de la Creatividad en Alejandría, invitado respectivamente por los gobiernos de China y Egipto.
Durante la inauguración de la actual muestra en el Fontanarrosa, el 17 de noviembre, estuvo presente Florencio Páez, director del Museo
Casapueblo e hijo del artista uruguayo, quien dio una charla sobre vida y obra de su padre. Se proyectó, además, el audiovisual “Arte y
aventura”, a partir de las creaciones artísticas de Páez Vilaró, sus viajes y el proceso de construcción de Casapueblo.
Sobre Páez Vilaró
Carlos Páez Vilaró nació en Montevideo el 1ro. de noviembre de 1923. Fue autodidacta: tomó del paisaje y de diferentes culturas (fue un gran viajero) todo aquello que lo impactó para poder desarrollar su prolífica obra. Una de sus preocupaciones fue que su pintura saliera de los circuitos tradicionales y por eso la exhibió, en general a través de murales, en espacios como aeropuertos, hoteles, hospitales y otros
edificios públicos. En su juventud viajó a Buenos Aires, donde se vinculó al medio de las artes gráficas y conoció a destacados dibujantes de la época. A partir del tango y del ambiente nocturno de bares y cabaret inició su carrera artística; muchos de esos temas siguieron presentes en su obra en etapas posteriores. A fines de la década del '40 regresó a Montevideo y se vio motivado por el candombe. Se vinculó estrechamente a la vida del famoso conventillo Mediomundo, donde instaló su atelier. Además de pintar, desarrolló su interés por la escritura componiendo candombes para las comparsas; también dirigió coros y decoró tambores. Interesado por el tema de la negritud, viajó a Brasil. Desde allí inició un largo periplo por Senegal, Liberia, Congo, Camerún y Nigeria, en el contexto de las luchas de liberación en África. A partir de ese contacto, realizó exposiciones y murales en adhesión a ese ideario y su pintura se enriqueció con la influencia del arte africano a
través de la presencia significativa de la máscara, el fetiche, el escudo y el grafismo.
En la década del '50, en su peregrinaje europeo, conoció en sus talleres a grandes artistas como Salvador Dalí, Giorgio de Chirico y el
escultor Alexander Calder. Pablo Picasso lo invitó a su residencia- taller de Villa California en Cannes, en los Alpes marítimos. Después
de estas experiencias, regresó a Uruguay. En esos años, Jean Cassou, director del Museo de Arte Moderno de París, lo invitó a
presentar su obra en la Maison de l’Amérique Latine; a partir de la repercusión obtenida, la misma se exhibió en Inglaterra y Estados
Unidos. Guiado por su espíritu de investigación y aventura, recorrió después las islas de los Mares del Sur pintando, escribiendo y filmando. Formó parte de la expedición francesa Dahlia que realizó en África el documental “Batouk”, dirigido por Jean-Jacques Manigot y
exhibido en la sección oficial, fuera de concurso, del Festival de Cannes en 1967. El filme evoca la historia de África, del colonialismo a
la independencia, y Páez Vilaró fue su guionista junto a Aimé Césaire y Leopold Senghor.
A su regreso a su país natal en 1969, el multifacético artista continuó las obras de Casapueblo, ubicada sobre los acantilados rocosos de
Punta Ballena. A lo largo de los años y con su presencia, el Museo-Taller de Casapueblo se vio impulsado, recibiendo delegaciones
internacionales, estudiantes y turistas de todas partes del mundo. En el año 1972 vivió una dramática historia personal: el avión en el que
viajaba su hijo Carlos desapareció en la Cordillera de los Andes y, luego de setenta días de búsqueda, fue rescatado en lo que se conoció como “la tragedia de los Andes”. En retribución a la solidaridad recibida por el pueblo chileno, pintó un mural en el hospital de Santiago. Años más tarde se radicó en Nueva York y allí realizó una serie de obras y collages en los que utilizó todo tipo de materiales encontrados en la vía pública. Falleció en Casapueblo, el 24 de febrero de 2014. Fue despedido con honores de Estado.
El Centro Cultural Fontanarrosa
El Centro Cultural Roberto Fontanarrosa (cuyo nombre anterior fue Bernardino Rivadavia y, en el año 2012, cinco años después de la muerte del dibujante y escritor rosarino, fue cambiado por la denominación actual), cuenta entre sus principales actividades la difusión de las artes visuales, la música, el teatro, el cine y la literatura, a través de sus distintas expresiones. Funciona como centro de congresos y convenciones, ya que allí se llevan a cabo regularmente encuentros, seminarios, congresos y exposiciones sobre variadas temáticas. En el mes de septiembre fue sede de la Feria Internacional del Libro de Rosario, en su primera edición posterior al receso por la pandemia. Las salas que integran el complejo llevan el nombre de destacados artistas y personalidades de la ciudad: Augusto Schiavoni, Olga Cossettini, Alcides Greca, Irma Peyrano, Edgar Spinassi, Leónidas Gambartes e Hilarión Hernández Larguía. La actual muestra “Carlos Páez Vilaró. El pintor del medio del río” se exhibe en el hall central.
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La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
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