Hasta hace apenas un tiempo la ficción argentina se había mantenido al margen de retratar el negociado y submundo de las barrabravas en nuestro país. Una temática atractiva y por demás de jugosa. Por el contrario si ha abordado el patoterismo y la delincuencia en numerosos productos -muchos de ellos muy bien logrados- con los que comparte cierto espíritu y “realismo callejero” tales como “El Marginal”, “Un gallo para Esculapio”, “ El puntero” o un poco más atrás en el tiempo “Okupas” y “Tumberos”.

La llegada de las plataformas de streaming y con ellas la apertura de nuevos mercados, posibilitaron la concreción de dos productos con la suficiente espalda económica como para disponer de directores y elencos de renombre. El primero de ellos fue “Puerta 7”, que vio la luz en 2020 bajo las ordenes de Adrián Caetano, producido por Pol-Ka y disponible en Netflix. Mientras que el segundo, “Barrabrava”, se estreno el pasado 23 de junio con realización original a cargo de Amazon Prime.

Si bien ambas producciones comparten características tales como el retrato de las luchas de poder, el crimen organizado, la marginalidad y hasta el mismo número de episodios (ocho en total), lo cierto es que “Barrabrava” en la valoración final ofrece un acabado mucho más logrado.

De acuerdo al comunicado de la plataforma "es una historia de hombres despreciados por el sistema, que encuentran un lugar de pertenencia y respeto en las gradas del estadio". “Barrabrava”, serie creada y dirigida en cinco de sus ocho episodios por Jesús Braceras (Estocolmo, Monzón), pone el foco de atención en la vida de los hermanos César (Gastón Pauls) y Adrian “El Polaco” (Matías Mayer), quienes participan activamente en el entramado de la barrabrava del club ficticio Atlético Libertad del Puerto que milita en el ascenso.

Tras un conflicto que deriva en un enfrentamiento violento entre dos facciones de la misma y que culmina con el asesinato del líder conocido como “El Tío” (Gustavo Garzón, en un brillante pero brevísimo papel), ambos son expulsados perdiendo la protección política y económica con la que hasta esos momentos contaban.

Lo que seguirá después será la organización de estos con el fin de tomar venganza y reclamar lo que creen que genuinamente les corresponde: el poder en el club. En este punto la serie juega trazando paralelismos de forma divertida con “Corazón Valiente”, recordado film de Mel Gibson del que la mayoría es fanática y que los inspirará al igual que William Wallace a emprender la lucha contra la ocupación.

Si bien la serie coquetea con algunos géneros, se erige principalmente como un thriller policial consiguiendo reflejar sin mayores complicaciones los diversos negociados propios de las barras de los clubes y su vinculación con la política. Desde su capítulo inicial retrata situaciones harto conocidas como la reventa de entradas, los aprietes con algunos comercios del barrio, el manejo de la venta ambulante, los llamados trapitos y el porcentaje que suele llevarse la barra de la venta de los jugadores (de hecho ese es el detonante principal del enfrentamiento entre los dos sectores). Más allá de estos lugares si se quiere comunes, el clima conseguido es funcional a un relato en el que priman los enfrentamientos violentos.

El drama humano tiene en la serie también su lugar preponderante. No solo se permite hablar de lealtades y traiciones en el seno de la barra, sino que se adentra en las historias familiares recogiendo principalmente aquellas que se desprenden de los protagonistas. A los dos hermanos se sumará un tercero, con discapacidad motriz, interpretado por Angelo Mutti Spinetta, una madre como jefa de familia a cargo de Mónica Gónzaga, la pareja de César en la piel de Paloma Contreras y la hija del Polaco, de la que deberá hacerse cargo, con Violeta Narvay como actriz. A través de estos personajes “Barrabrava” indagará acerca de la paternidad y la reconstrucción de vínculos, las relaciones de pareja y el peso de la familia.

El negociado y submundo de las barrabravas en el fútbol argentino es recogido en una nueva producción.
Gentileza.

Las actuaciones son correctas destacándose por sobre el resto la dupla protagónica. Matías Mayer compone un muy buen papel del mismo modo en que ya lo hizo en producciones de la talla de “Historia de un Clan” y “Un crimen argentino” en cines. Gaston Pauls a diferencia de Mayer es una cara más conocida y de participación estable en la televisión argentina, pese a que en el último tiempo antepuso su faceta de conductor a la de actor. Aquí se saca el polvo y se brinda por completo. Como dato de color, el actor vuelve a formar dupla con Braceras, director con el que ya trabajara en la comedia “Todos contra Juan” (2008).

Entre los secundarios sorprenden Mónica Gónzaga, físicamente lejos del glamour al que nos tenía acostumbrados, dando vida a una madre marcada por las desgracias y el paso del tiempo; y Miguel Ángel Rodríguez, casi irreconocible, como “Oveja”, fiel mano derecha del “Tío”. Mención aparte merece el debut del rapero argentino “Neo Pistea” quien, frente a todo pronóstico, consigue personificar de manera fresca y simpática a “Huevo” uno de los leales secuaces de Cesar y el Polaco. Además es el intérprete de “Mi Lugar”, la canción principal de la serie.
La historia sin dudas alcanza sus puntos más álgidos cuando se dedica pura y exclusivamente a retratar -más allá de algunos excesos- las peleas, aprietes y negociados de ese mundo. Lo hace con una ambientación y puesta en escena visualmente imponentes. Desde el primer capítulo podemos apreciar la muñeca con la que cuenta Braceras para capturar y trasladar el mix de fervor, pasión y vandalismo que inunda las tribunas. Con ello consigue que obviemos muchas de las tramas que parecen algo improvisadas en su afán por humanizar a algunos personajes que lejos están de ser nobles y decentes. La más endeble de ellas es la que expone la infidelidad entre uno de los hermanos y la mujer de un ex jugador del club (Liz Solari). Curiosamente, y en pos de encontrar quizás algún justificativo para su inclusión, la historia servirá para acentuar el insignificante rol de las mujeres en ese ambiente claramente machista.

“Barrabrava” filmada principalmente en Uruguay a la largo del año 2021, se sostiene gracias al buen trabajo de sus actores, quienes consiguen estampar credibilidad a un producto que tranquilamente podría verse inundado de diálogos y situaciones difíciles de tomar en serio. Esto sumado a su fuerte compromiso respecto al retrato de los escenarios, la violencia y el mundo que comparten estos grupos, consiguen que la serie disfrace algunas flaquezas y cierto tono irregular para redondear un producto muy digno y efectivo.

En cuanto al apartado técnico Jesús Bracera oficia de showrunner y comparte dirección con: Jean Michel Cerf, Gabriel Nicoli (Robo mundial y Monzón), Lucía Garibaldi (Porno y Helado) y Felipe Gómez Aparicio (El Amor Después del Amor).

La producción ejecutiva está encabezada por Ariel Tobi, Hernán Musaluppi y Santiago López, mientras que Laura Eliosoff y Lily Scenna figuran como productores. Por su parte el equipo de guionistas está compuesto por el propio Jesús Braceras en compañía de Gabriel Nicoli, Diego Fió, Mariana Wainstein y Bruno Luciani. Gustavo Grabia y Julio Boccalatte aportan su experiencia como consultores en el proyecto.

Barrabrava (Argentina/2023). Elenco: Matías Mayer, Mónica Gonzaga, Miguel Ángel Rodríguez, Gastón Pauls, Liz Solari, Angelo Mutti Spinetta, Neo Pistea, Candelaria Molfese, Juan Ignacio Cane, Pablo Alarcón y Gustavo Garzón. Duración: 8 episodios de entre 35 y 45 minutos. Disponible desde el viernes 23 de junio en Amazon Prime Video.