Desde hace unos años el compromiso respecto de la defensa de los derechos humanos y el repudio al terrorismo de Estado ha ido creciendo al punto de atravesar distintos estamentos e instituciones. Entre ellos, el fútbol.
El activismo adquiere una mayor importancia si tenemos en cuenta el peso que el deporte argentino por excelencia tuvo para la última Dictadura Cívico Militar, siendo sin dudas una de sus grandes prioridades y principal herramienta de distracción. Los ejemplos son muchos, desde la transmisión del partido de la Selección Nacional frente a Polonia en Chorzów (que la albiceleste ganó 2-1), interrumpiendo la cadena nacional en su primer día en el poder; hasta la organización del Mundial de fútbol de 1978.
En la última década a través de distintas conformaciones - como peñas y departamentos- numerosos hinchas y militantes han impulsado actividades, actos y homenajes con el fin de difundir y mantener vivo el mensaje de “Memoria, verdad y justicia”.
El lunes 28 de octubre celebraron la figura de Waldino “Torito” Aguirre en un espacio gastronómico cercano al Gigante de Arroyito. Foto: Gentileza.
“La Memoria es Central” forma parte de estos colectivos, atravesado por la pasión futbolera y teñido por los colores azul y amarillo, sinónimos del canalla. El núcleo del grupo está conformado por militantes de la agrupación “Hijos”: María Eugenia Di Pato, Sebastián Francesio, Santiago Garat, Tomás Labrador, María Luciana Pollola y Natacha Rivas.
El espacio nació hace casi diez años cuando un grupo de militantes e hinchas de Rosario Central, tomaron la iniciativa de organizarse y trazar vínculos con el área social de la institución de Arroyito para involucrarla en torno a la necesidad de reconstrucción de la memoria y la promoción y defensa de los derechos humanos.
“Allá por el 2016 un grupo de Canallas comprometidos con los DDHH nos pusimos a pensar de qué modo poder trasladar nuestras militancias a nuestra pasión por Rosario Central.
"De sobra sabíamos del fuerte compromiso que unía a la hinchada canalla con las luchas populares, si lo pensamos, está presente desde el bombo peronista del Tula hasta en cantitos populares que se dan en medio de partidos como “se va a acabar la dictadura militar.
"Con la certeza que los clubes también fueron víctimas del terrorismo de Estado y Central no era la excepción fue que nos propusimos investigar y trabajar para reivindicar el compromiso de la entidad con los Derechos Humanos”, sostiene Luciana Pollola, integrante de “La Memoria es Central” en charla con Mirador Provincial.
El primer acercamiento les posibilitó ingresar al verde césped del Gigante en un partido previo al 24 de marzo. Posteriormente, el club les permitió acceder a los padrones y así fue que, tras una ardua tarea, pudieron encontrar a once socios y socias víctimas del terrorismo de Estado a los que se homenajeó con la colocación de una placa con sus nombres en uno de los muros del estadio mundialista.
Tiempo después, se les restituyó la condición de socios y se plantaron árboles recordatorios en el predio de Arroyo Seco con el fin de honrarlos. Estos socios detenidos, desaparecidos y asesinados fueron: Palmiro Labrador, Miguel Ángel Labrador, Miguel Ángel y Juan Carlos Gauseño, Juan José Funes, Jorge Luis Francesio, Felipe Rodríguez Araya, Carlos Alfredo Belmont, Antonio Luis Tovo, Osvaldo Mario Vermeulen y Ángela Noemí Ponce. También se entregaron camisetas con los nombres de cada uno de ellos a sus familiares e incluso el plantel profesional de Primera División los homenajeó disputando un partido oficial con sus apellidos estampados.
Aguirre fue asesinado por la policía en 1977 luego de ser detenido y de acuerdo a declaraciones y reconstrucciones posteriores “molido a palos” en un calabozo. Foto: Gentileza.
Es fruto de la gestión de “La Memoria es Central”, además, que la plaza de juegos de la Ciudad Deportiva de Granadero Baigorria lleve por nombre el de Norma Vermeulen, como reconocimiento a una de las Madres de Plaza 25 de Mayo que visitó en numerosas ocasiones la pensión para transmitir su historia a los cientos de jóvenes que viven allí y que sueñan con llegar algún día a ser futbolistas profesionales.
“El club siempre nos ha apoyado en cada una de las iniciativas que hemos emprendido, entre ellas las de ingresar a la cancha en la previa del 24 de marzo e incluso la realización de la placa con el nombre de los compañeros caídos. También es preciso mencionar que en este camino no estamos solos, con el correr del tiempo nos hemos encontrado con otros compañeros (hinchas de otros clubes) que comparten las mismas ganas e inquietudes tales como Ferro, Banfield o Vélez. Con ellos fundamos la organización Coordinadora de Derechos Humanos del Fútbol argentino”, agrega Pollola.
El lunes 28 de octubre celebraron la figura de Waldino “Torito” Aguirre en un espacio gastronómico cercano al Gigante de Arroyito. El jugador (ídolo de la hinchada en la década del ´40) es el segundo máximo goleador del canalla con 98 tantos convertidos, sólo superado por Marco Gastón Ruben en 2021. El actual defensor canalla Juan Cruz Komar, asiduo concurrente a este tipo de propuestas, participó de la actividad invitado por los organizadores.
Aguirre fue asesinado por la policía en 1977 luego de ser detenido y de acuerdo a declaraciones y reconstrucciones posteriores “molido a palos” en un calabozo. El caso, encubierto y adulterado en su momento, con los años pudo ser juzgado, condenando a algunos de sus responsables. El crimen finalmente logró ser vinculado a la persecución política de entonces, siendo el “Torito” una víctima más de la violencia institucional.
Entre los planes futuros se vislumbra la publicación de un libro recogiendo las historias de esos once canallas que “no dejaron de pagar la cuota societaria porque quisieron sino porque fueron secuestrados, permaneciendo desaparecidos hasta el día de hoy”. Asimismo, se incluirá un capítulo plasmando los puntos en contacto entre “Malvinas y Central”; y otro reivindicando al mencionado “Waldino Aguirre” a cuarenta y siete años de su crimen.
“Nunca dejamos de pensar actividades y acciones. En este momento, y luego de todo el trabajo que implico la búsqueda en los archivos del club, nos propusimos como objetivo escribir un libro. Es, sin dudas, la gran meta que tenemos de aquí a fin de año.
"El libro está organizado en varios capítulos donde contamos una parte de la historia del club, la vida de los compañeros desaparecidos, mencionamos el nexo de unión entre Rosario Central y la causa Malvinas y, obviamente, prestamos una especial atención a la figura del Torito Aguirre.
"Hasta la publicación del mismo seguiremos buscando en los archivos y recopilando relatos de muchos canallas que se acercan de forma generosa a contarnos historias. Ya tenemos lo que nosotros llamamos un borrador con una estructura. Ojalá que en breve podamos concretar la publicación del mismo”.