La inusual situación tuvo lugar en la zona norte de Coronda. Una mujer denunció a un menor que periódicamente tiene ingresos por delitos menores. Cuando la policía buscó a un testigo al azar, se llevó una gran sorpresa.

Una situación poco menos que inédita se dio el viernes en la ciudad de Coronda, departamento San Jerónimo, en el medio de una actuación de la policía.

Es que, pasado el mediodía, efectivos del Comando Radioeléctrico detuvieron a un menor de edad por un hecho ilícito, que, por una insólita situación, terminó siendo en realidad por dos. Desde la Comisaría Primera se informó que un joven de 17 años, con gran cantidad de delitos de hurto y robo en su haber a pesar de su corta edad, había cometido otro, en el cual la damnificada resultó ser una mujer de 52 años, domiciliada en zona norte de la ciudad a quien le faltó una bomba centrífuga.

Por eso, a las 13.30, cuando un móvil patrullaba por Reconquista y vías férreas, también en el norte del distrito, dio con el muchacho, quien intentó escapar corriendo por las vías, pero los uniformados le dieron alcance igualmente.

UN DELITO QUE FUERON DOS

En ese momento surgió una situación poco habitual: al momento de una detención o una requisa domiciliaria, la policía busca un testigo hábil para dar fe del buen procedimiento de la fuerza de seguridad. Esto se hizo cuando al azar, un vecino de Barrio Vivero, de 30 años, que pasaba por allí, fue convocado por la policía, pero, al momento de que los agentes le explicaron los motivos, el testigo aprovechó para denunciar que el mismo adolescente le había robado a él en esta madrugada, en este caso un secarropas que estaba en un galpón en la parte de atrás de su casa.

Por todo lo expuesto, el todavía menor fue detenido, derivado a la comisaría, con dos causas más en su haber. Recordemos que, en 2024, este menor había sido entregado a las autoridades por sus propios familiares luego de un robo en la Planta Campamentil, buscando un tratamiento obligado para su rehabilitación de las adicciones.