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Debutó con un empate

El resultado calificó el debut de Colón: fue 0 a 0 con «algo» más que Temperley

El equipo de Pereyra no pudo hacer “pata ancha” en el primer partido y se conformó con un 0 a 0 por el que no hizo demasiado para modificarlo. Le anularon bien un gol a Gigliotti y se fue lesionado Rossi en una jugada dudosa en el área de Temperley.

07-02-2025 | 8:47 |

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Colón no jugó mal ante Temperley y hasta mereció algo más. Foto: Matías Pintos


Es un primer partido, es un equipo en formación y es un técnico que también irá haciendo “camino al andar”. En el balance final, Colón hizo algo más pero no lo suficiente para salir de ese 0 a 0 que no se pudo mover en los 90 minutos.

Fue más en el primer tiempo y también en el primer cuarto de hora del segundo, cuando Gigliotti tuvo una buena chance y marcó el gol, que fue bien anulado por posición adelantada. Temperley mejoró en la última media hora y emparejó el trámite, pero no hizo el mismo gasto que el equipo del Pata.

Más allá de que el primer sofocón lo sufrió Colón con un mano a mano de Hauche que definió a las manos de Marcos Díaz, el dueño del primer tiempo fue Colón, sobre todo a partir de la buena labor de Christian Bernardi, que inteligentemente le ganó las espaldas a la pareja de volantes centrales de Temperley y superó en velocidad y habilidad en varias oportunidades a cuanto rival se le cruzara en el camino.

Con Bernardi como eje, con Forneris y Talpone empujando y con Rossi moviéndose por todo el frente de ataque a puro pique y diagonales, Colón asumió claramente la iniciativa del partido. Hubo imprecisiones y también falta de oportunismo a la hora de definir las tres o cuatro situaciones claras que supo crear, cuando se encontró con algunas intervenciones con mucho mérito del arquero Mastrolía.

Colón no jugó mal ante Temperley y hasta mereció algo más.Foto: Matías Pintos

 

Tanto el pibe Ibarra como Bettini trataron de aportar en la salida, mostrándose siempre para recibir la pelota y acompañando a un Jourdan estacionado como extremo bien abierto por derecha, y también a Barreto, que arrancó por izquierda pero que en algunas oportunidades intentó meterse más hacia adentro, tratando de encontrar la pelota y de asociarse con un Bernardi que, como se dijo, se convirtió en el jugador más desequilibrante y peligroso que tuvo Colón en ese período inicial, en el que hizo más que Temperley.

Cerca de la media hora se produjo una acción determinante. Forneris arrancó con pelota dominada y campo abierto, se acercó al área y observó la diagonal del centro hacia la izquierda de Rossi y le metió la pelota en profundidad. Rossi fue empujado (una jugada que pudo haberse penado tranquilamente con el tiro penal), se dobló el tobillo izquierdo y cayó pesadamente fuera de la cancha.

Se mantuvo un puñado de minutos hasta que por el otro costado le tiraron un pelotazo largo y allí se dio cuenta de que no podía continuar. Cambio obligado que marcó el retorno oficial de Gigliotti, muy aplaudido en su ingreso al campo de juego por parte de la hinchada sabalera.

El primer tiempo dejó esa sensación: la de una superioridad de Colón en el trámite, que no pudo concretar en el arco rival. No fueron tantas las situaciones, pero por lo que fue el desarrollo y por las aproximaciones más claras (a excepción de aquel mano a mano de Hauche en el mismo arranque del partido) que tuvo el local por encima de un Temperley que defendió a veces con cierta rudeza por parte de sus defensores y que inquietó bastante poco del medio hacia arriba.

El envión positivo de un primer tiempo que fue favorable a Colón, se dio en el primer cuarto de hora del segundo. Fue el momento en el que el dominio se acentuó, hubo un gol bien anulado a Gigliotti (cabezazo en clara posición adelantada) y varias aproximaciones.

Tomó nota Biggeri, metió tres cambios y no sólo consiguió emparejar el trámite sino que empezó a gobernar el manejo de la pelota porque, simultáneamente, se fue dando un bajón en la intensidad y la supremacía de un Colón que apenas consiguió un repunte con el aire fresco que le dio el pibe Gallay en un par de jugadas en las que se animó a encarar. Poquito y nada en casi media hora final de un partido en la que Colón produjo muy poco, le faltó resto físico para llevárselo por delante al rival como supo hacerlo en el primer cuarto de hora del segundo tiempo.

Colón fue más

Hizo un poco más Colón, es justo reconocerlo. Pero quizás sin las luces suficientes para concretarlo en la red adversaria y sumar de a tres. El rendimiento fue de más a menos, con casi una hora (el primer tiempo y el arranque del segundo) en el que marcó leves diferencias sobre el rival, a su favor, que no pudo hacerlas valer frente a los tres palos.

Es un primer partido, con cosas para corregir, con aspectos para analizar en profundidad (por ejemplo, el real poderío ofensivo al margen de los pergaminos de Gigliotti) y esa paciencia que hay que tenerle a un equipo que todavía está en formación.

El Pata Pereyra dijo antes del partido que “este es un torneo de resistencia y no de velocidad”, algo que Colón hizo caso omiso el año pasado, cuando tuvo un comienzo estupendo y un declinar que lo llevó a la rápida eliminación.

El inicio tuvo algunos pasajes que alcanzan para rescatarse en el primer tiempo y un “apurón” al rival en el inicio del complemento que no pudieron capitalizarse para ponerse en ventaja y jugar con más tranquilidad. Después, Temperley corrigió cosas, tuvo algunas respuestas interesantes en el banco de relevos, emparejó el trámite en la última media hora del partido y se llevó el resultado que seguramente vino a buscar a Santa Fe.

Desde lo táctico, el planteo de Colón fue simple y claro. Cuatro hombres en el fondo, dos volantes de marca y empuje (otra vez interesante lo de Forneris), tres más adelantados con mucha movilidad por parte de Bernardi (el mejor de Colón en los momentos favorables del equipo) y un punta neto. Cuando entró Sanguina, ya el equipo no tenía la misma generación ni tampoco el predominio del partido, por lo que fueron sólo algunos chispazos de este paraguayo que se sumó de última y que tendrá la misión, junto a Gigliotti y a Rossi, de darle a Colón el poderío ofensivo que necesita y que no tuvo en el torneo pasado.


COLÓN
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Autor:

Enrique Cruz

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