Terminó la minuciosa requisa federal de Cárcel de Las Flores de la ciudad de Santa Fe y ahora los investigadores aceleran para buscar a los responsables del ingreso de una impactante cantidad de estupefacientes.
La actuación de la Justicia nacional comenzó el pasado jueves 6 de febrero, cuando personal del Servicio Penitenciario halló enterrados 15 panes de marihuana compactada que pesaron en total 4,169 kilogramos. El “tesoro” estaba escondido en el patio del Pabellón 6, un edificio destinado a los religiosos evangélicos que es más conocido como “de los hermanitos”.
El hallazgo estremeció hasta los cimientos de la penitenciaría y motivó una denuncia ante las autoridades competentes de la Justicia Federal.
Fue entonces que la Unidad Especial de Delitos Complejos del Ministerio Público Fiscal, a cargo de Jorge Gustavo Onel, tomó la causa y solicitó una medida inédita, la requisa total de la cárcel. Todo fue autorizado inmediatamente por el juez de San Nicolás subrogante (Santa Fe no tiene magistrado), Carlos Villafuerte Ruzo.
Horas después, distintos destacamentos de la Gendarmería Nacional desembarcaron en Las Flores para cumplir con la tarea. Primero rastrillaron el Pabellón en donde se encontraron los estupefacientes. Luego siguieron con los demás y también con cada oficina y todo tipo de estructura dentro de los muros.
ELEMENTOS INCAUTADOS
Mientras tanto, el Servicio Penitenciario –que dispuso un sumario interno– encontró otros tres panes de marihuana (733 gramos) en el mismo patio, a escaso metros de donde estaban los otros, y nada más ni nada menos que un arma de fuego.
En cuanto a la requisa federal, luego de aproximadamente una semana, culminó la medida que arrojó como resultado el secuestro de un largo listado de objetos. Entre ellos, 66 teléfonos celulares, 16 chips de telefonía, 15 pendrives, 1.684 elementos cortopunzantes, 45 pipas caseras, 22 recortes con sustancia blanca de corte, 127,18 gramos en numerosos envoltorios, 60 semillas de marihuana, 6 plantines de la misma especie y 101 gramos de cocaína en pequeños paquetitos.
Trascendió que de los elementos mencionados, 12 teléfonos “sin dueño” fueron hallados en la Oficina Judicial de la penitenciaría y otros dos teléfonos “sin papeles” y más de 60 gramos de marihuana eran guardados en la Oficina Correccional.
Los investigadores explicaron que todas las requisas se planificaron y ejecutaron de manera tal que no alteren el normal funcionamiento de la unidad, al igual que las actividades cotidianas de los 1.800 internos alojados allí.
Ahora, será el turno de los peritos que deberán analizar los artículos incautados con el objeto de determinar las responsabilidades penales que correspondan.
TRASLADOS Y PROTESTAS
El hallazgo de la droga disparó los traslados de varios presos que estaban alojados en el Pabellón 6. Algunos fueron enviados a la cárcel de Coronda y otros a la de Piñero, en el sur provincial.
Por otra parte, la restricción de las visitas y un presunto corte del agua corriente también generó algunos incidentes dentro del penal (reclusos llegaron a prenderle fuego a un colchón, aunque no pasó más que eso y no se registraron heridos) y también afuera, donde familiares acamparon para protestar y reclamar por las condiciones de sus parientes.