La muestra, titulada “Nocaut”, surge originalmente de una serie de dibujos digitales en los que el artista intentaba capturar el momento exacto en que un boxeador recibe el golpe que lo dejará inconsciente (fuera de combate). “Ese instante en el que la piel se arruga y se deforma, las caras se transforman por completo, y las miradas se encuentran completamente pérdidas”, dice el artista a Mirador.
Fepi Fariña (1988, Rosario) estudió arte en la escuela de Bellas Artes por la Universidad Nacional de Rosario. Es egresado de la Escuela de Animadores dictada por el Centro Audiovisual Rosario. Comenta que “para realizar estas pinturas comencé recopilando frames de videos de momentos previos a un nocaut, que luego dibujaba con el mouse. Me interesa trabajar con el mouse porque genera una línea menos controlada, un trazo con cierta torpeza que da un efecto plástico que aprovecho mucho en mis obras. Luego como es habitual en otros trabajos míos, use estas imágenes digitales como bocetos para llegar a la obra que finalmente presenté, que son trapos de pisos pintados con acrílicos”.
Durante la pandemia, comenzó a experimentar pintando sobre trapos de piso. “Este material tiene una bella textura y una materialidad que no favorece la fluidez de la pintura, y genera ciertos desafío a la hora de pintarlo. Usaba los trapos en las condiciones que venían, sin imprimar ni aplicar bases, lo que hacía que la pintura no corriese bien y requiriera muchas capas. A veces, aplicaba la pintura de forma espesa para crear líneas con volumen; otras veces, la usaba más diluida para teñir el trapo. Esto le otorga a las obras una línea, un espesor y una textura única, marcada por los propios hilos del material. En algunas piezas, el color del trapo sirve para dar vida a las figuras; en otras, actúa como fondo”, cierra Fepi.
Sobre el por qué boxeadores, agrega que le interesaba el boxeo, pero no desde el lado de los victoriosos, sino desde el lado de los derrotados. “Las obras son bellas, buscaba resaltar una especie de momento estético en la derrota, en el momento en que se desconecta la mente por un instante. Habla sobre los grandes golpes, la resistencia, la ductilidad de la piel y el hombre para recuperarse. La textura cruda del trapo de piso, refuerza esta idea de crudeza, de dolor, de sudor” dice.
Todas las obras pertenecen a la serie Nocaut, y ninguna tiene un título individual, ya que el título lo lleva la muestra en su conjunto. “Como cierre, estamos planeando un gusto de helado junto a la heladería artesanal Bocha Helados, que llevará el nombre de la muestra. Aunque el sabor aún no se puede revelar, será presentado antes del cierre de la exposición en diciembre (la fecha es tentativa, ya que aún no hay confirmación para el cierre ni para la presentación). También estoy pensando una acción de dibujo en vivo, siguiendo tutoriales de Youtube. Una acción similar a la que ya realicé una vez en Mar del Plata. Además de este trabajo, estoy desarrollando una serie de pinturas de personajes sobre gamuzas y explorando la generación de imágenes que combinan inteligencia artificial con mis propios dibujos”, finaliza.
La muestra no contó con curaduría, pero sí con la asistencia de Yuyo Gardiol, con quien pensamos junto el diseño del montaje. “Estamos muy contentos, porque esta exposición marcó la inauguración de la nueva sede de CRUDO en Rosario”.
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