Raúl Emilio Acosta, reconocido por su emblemático "Bigote" y su estilo frontal, murió este domingo a los 81 años. Destacado periodista y escritor, fue un activo colaborador de El Litoral y referente del periodismo argentino.
El oriundo de Barracas comenzó su carrera en Santa Fe, donde desde los 16 años descubrió su amor por la radio en LT9. Con el tiempo, su talento lo llevó a incursionar en la prensa gráfica y la televisión.
En 1960 se trasladó a Rosario para estudiar Medicina en la UNR, pero pronto abandonó la carrera para dedicarse de lleno al periodismo. Sus primeros pasos en la ciudad los dio en LT3, donde se desempeñó como productor y guionista. En 1968 ganó un concurso que lo llevó a trabajar en la prestigiosa revista Gente, donde realizó coberturas en Argentina y el exterior.
Del periodismo gráfico a la radio y la TV
Tras su paso por Buenos Aires, regresó a Rosario en 1976 y asumió la dirección de la revista dominical de La Capital, la primera y única que tuvo el diario. En sus mejores tiempos, la publicación llegó a imprimir hasta 96 mil ejemplares. Con una mirada aguda y una pluma filosa, dejó una marca en el periodismo gráfico.
En paralelo, su labor en la radio continuó con fuerza. Fue en LT8 donde su voz se convirtió en una de las más reconocidas de la ciudad. Condujo La vereda de enfrente, un programa que, con el regreso de la democracia, se consolidó como un espacio plural de debate y análisis. También incursionó en televisión, participando en distintos ciclos periodísticos.
"A mí me gusta confrontar"
A lo largo de los años, Acosta defendió un periodismo sin complacencias. "No me molesta que los colaboradores piensen distinto, por eso es de los pocos programas donde no pensamos lo mismo y eso lo decimos al aire", aseguraba. Su estilo, basado en la confrontación de ideas, lo convirtió en una de las voces más influyentes del periodismo rosarino.
Fue autor de varios libros y, hasta sus últimos días, continuó escribiendo para El Litoral y Mirador Provincial, donde plasmó su visión crítica de la realidad. Su legado queda en cada texto y en cada palabra transmitida al aire.
El último adiós
Acosta padecía un cáncer avanzado y había sido internado tras regresar de la costa argentina, donde había pasado sus vacaciones. Su fallecimiento se produjo este domingo, apenas un día después de haber cumplido 81 años.
Con su partida, el periodismo pierde una de sus voces más emblemáticas, pero su legado perdurará en cada oyente y lector que lo siguió a lo largo de su extensa trayectoria.